¡SOY BOHEMIA ! ¿Y QUÉ?

Siempre me preguntan ¿que es ser Bohemio? les respondo : El Bohemio vive por vivir , se llena de angustia sin tener por qué, pero está alegre cuando otros no están.

El Bohemio vive su vida incansable de ideas ,algunas creativas y otras filosóficas, todas para hacer de su vida un paraíso. El Bohemio no teme, solo porque él vive su vida como quiere, ahora sin causarles daños a sus semejantes. Vive la vida con principios y hasta con responsibilidad pero hace lo que quiere cuando quiere. En la música encuentra pinturas, en las poesías encuentra música, y en las pinturas encuentra versos ...es así mientras que se bebe su copa y sin faltar un café en un bar escondido adonde solo se lee por la media luz y la atmósfera del tabaco. La noche es su tarima....ahi baila, canta, bebe, conversa y admira a otros como él. Se proclama el duende de la noche. Ve el mundo con otros ojos ...él ve colores en el cielo nublado, ve la melancolía en una rosa brillante en su esplendor.

Gracias a todos que entienden estas breves letras. ¡SÍIIIIIII!!!! ¡Soy una Bohemia !!! ¿y Qué?

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Las explosiones controladas de Bioy Casares

La editorial Páginas de Espuma publicará en España la segunda edición del libro de Adolfo Bioy Casares Unos días en el Brasil, un diario de viaje casi inédito en el que confluyen su pasión por la aventura y lo desconocido durante un congreso literario en el país.



La obra, que se presentará este miércoles en la Casa de América en Madrid, cuenta con un posfacio del escritor y traductor francés Michel Lafon, catedrático de literatura argentina en la Universidad Stendhal de Grenoble (Francia) y amigo personal del autor argentino.



Michel Lafon, en declaraciones a Europa Press con motivo de la publicación de esta obra, ha destacado la pasión de Bioy Casares por la aventura y el riesgo vital lejos de la rutina diaria, en su búsqueda de nuevas sensaciones, de pequeñas explosiones controladas.



"A Bioy le gustaba viajar, era una necesidad vital. La idea del viaje era constante en su viaje vida ya que parece que, mientras pudiera viajar, viviría. El día en que dejase de viajar, ya sería el fin de todo, necesitaba experimentar la novedad", ha precisado Lafon.



El autor argentino, fallecido en 1999, escribió 'Unos días en Brasil' hace ya 50 años, con motivo de un congreso organizado en Brasil por el PEN Club, un colectivo de raíces humanistas que aglutinaba a la élite mundial de la poesía, el ensayo y la novela.



Según Lafon, la obra forma parte de su diario personal, que contiene más de 20.000 páginas, pero el escritor se decidió a publicar un extracto en 1991 para regalárselo a sus mejores amigos, un "extraño e inhóspito" episodio de su vida casi inédito hoy en día.



Entremedias, Bioy Casares teje una historia de amor frustrado con la joven Opheliña, la tierna conquista de un seductor empedernido, convirtiendo un simple diario de siete días aburridos en una historia con ecos ficcionales en donde la conquista forma parte de su esencia.



"Bioy escogió este relato porque constituía una parte autónoma, un todo. La aparición de Ophelia al principio y al final del relato convierten la historia en una novelita. Y no creo que tuviese esa intención, forma parte del talento del novelista", ha dicho Lafon.



EL HORROR DE LA MODERNIDAD



A lo largo de su viaje, que lo lleva por Sao Paulo, Río y la incipiente Brasilia y en el que comparte momentos con escritores de la talla de Graham Greene o Alberto Moravia, el autor critica sin ambages los "excesos" del arte, la diplomacia y la modernidad.



"Para él, Brasilia era el ejemplo perfecto de los excesos del arte moderno", ha explicado Lafon, quien ha precisado que esta ciudad, con sus nuevos edificios en un panorama desierto, casi de ciencia-ficción, "representan para Bioy el horror de la modernidad".



Michel Lafon, que ha seguido la obra del autor desde su primera novela, La invención de Morel, tuvo la oportunidad de conocer a Bioy Casares en 1991, poco antes del grave accidente que mermó sus condiciones físicas y avejentó al escritor "en tan sólo dos años".



"No sé qué vio en mí", ha asegurado Lafon, "pero me recibió con una ternura inigualable". Poco a poco, la timidez de los primeros encuentros devino en una "estrecha" relación, hasta el punto de que Lafon se encargó de traducir a su idioma las obras de su maestro.



Fuente:  http://www.europapress.es/

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