¡SOY BOHEMIA ! ¿Y QUÉ?

Siempre me preguntan ¿que es ser Bohemio? les respondo : El Bohemio vive por vivir , se llena de angustia sin tener por qué, pero está alegre cuando otros no están.

El Bohemio vive su vida incansable de ideas ,algunas creativas y otras filosóficas, todas para hacer de su vida un paraíso. El Bohemio no teme, solo porque él vive su vida como quiere, ahora sin causarles daños a sus semejantes. Vive la vida con principios y hasta con responsibilidad pero hace lo que quiere cuando quiere. En la música encuentra pinturas, en las poesías encuentra música, y en las pinturas encuentra versos ...es así mientras que se bebe su copa y sin faltar un café en un bar escondido adonde solo se lee por la media luz y la atmósfera del tabaco. La noche es su tarima....ahi baila, canta, bebe, conversa y admira a otros como él. Se proclama el duende de la noche. Ve el mundo con otros ojos ...él ve colores en el cielo nublado, ve la melancolía en una rosa brillante en su esplendor.

Gracias a todos que entienden estas breves letras. ¡SÍIIIIIII!!!! ¡Soy una Bohemia !!! ¿y Qué?

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A fuego lento



Ansío el gran placer de convivir así…
Derramando sobre ti mis sentimientos;
Dándole rienda suelta a todo el frenesí…
Y derrochando la pasión a fuego lento.

Sobre tu piel quiero quemarme a fuego lento…
Desde el albor de una mañana soñadora;
Y abrazado a tu calor pasar las horas…
Ardiendo en cada espacio de tu cuerpo.

Esa mirada tuya que insinuante me invita
A escudriñar tus más ocultos aposentos…
Me provoca, me seduce y hasta me incita;
A devorar todo tu ser a fuego lento

Vivir ardiendo en el calor de tus abrazos
Es el deseo de mi pasión extrema
Sin que se enfríe el calor de tu regazo
Ni que se extinga ese fuego que me quema

Quemarme en tu llama de pasión bien despacito
Elaborando mil alocados pensamientos;
Será el placer que transporte al infinito…
El goce de morir sobre tu piel, a fuego lento

Ajenony

The White Trail in the Sky A Shoshone Legend






No one can remember any more exactly how it came about that the black bear Wakini overpowered the strong gray gr
iz
zly Wakinu. The black bears say that Wakini was just feeding on the contents of an ant hill when Wakinu came up to him and quite rudely stuck his paw in as well.

A great fight ensued, with gray and black hairs flying on every side. Wakini was, of course, in the right, for no animal may ever touch another's prey.

Wakinu thus received a just punishment; but that was by no means all - like a defeated warrior, he had to leave his tribe forever.

Wakinu wailed and lamented, but the Indian laws are inexorable. And so he had to go, wading through familiar streams, taking a last look at the familiar pines, and saying farewell to the valley he had lived in all of his life.

He could not see for tears, and so he failed to notice that he was making straight for the Snow Country. Suddenly he fell into a deep snowdrift. Clambering out with difficulty, he wiped his eyes and took a look round.

There was nothing but white, unblemished snow everywhere.

"I'm sure to find a trail soon," the bear said to himself, and set out on his way once more. His gray coat had turned completely white with the snow, ice, and bitter wind.

But Wakinu took no notice of anything and walked on and on, until he reached a strange land in which a deep, frosty night reigned supreme. Somewhere in the far distance the gale could still be heard, yet here there was no but that made by his own footfalls on the frozen snow.

Above him glowed the night sky, while not far away, on the very fringe of the Snow Country and the heavens, a broad white trail could be seen ascending the sky.

Wakinu ran, hardly touching the ground, mesmerized by that gleaming trail. Another leap, and he found himself in the air, shaking the snow from his coat; light as a feather, he soared up and up.

The animals who were awake that night saw, for the first time, a wide white trail in the sky, and on it - a gray bear.

"Wakinu has found the Bridge of the Dead Souls and is on his way to the Eternal Hunting-grounds," said the wise black bear Wakini.

And the grizzly really did go to the Eternal Hunting-grounds. The only thing he left behind was the snow he had shaken from his coat. And that white snow is there in the sky to this day. Just look and see!

The pale-faces speak about the Milky Way, but every Indian knows that is the way to the Eternal Hunting-grounds, the path taken by the gray grizzly Wakinu.
Thanks to Storyteller
Picture Jonathan Besler


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Visita: danielanibalgalatroescritor.blogspot.com.ar

TE AMARE HASTA EL ULTIMO SUSPIRO DE MI VIDA. De: Lidia Acu



Resplandece mi vida cuando te pienso
entrando la noche y descanso serena
mi cabeza sobre mi almohada, dejando

en ella todo el amor que por ti siento.

¿Y cómo dejo de pensarte amor mío?
Si eres mi hombre perfecto. Tus ojos
color chocolate me enamoran y tu piel
almendra me abrasa este amor ávido.

Te pienso y te amo como el fuego de
un volcán, ardiendo en llamas
y en Silencio estremezco que se me
calcinan hasta los huesos.

Oh… amor, como me haces sentir,
femenina y romántica haciendo volar
mi imaginación a un mundo mágico,
siendo tu, dueño de mis ensueños.

Te pienso y te escribo en versos,
deslizando con la pluma y tinta
de mi corazón letras reafirmando…
¡Que te amaré hasta el último
suspiro de mi vida!

EL VALOR DE LA MUJER


Cuenta la leyenda que al principio del mundo, cuando Dios decidió crear a la mujer, encontró que había agotado todos los materiales sólidos en el hombre y no tenía más de que disponer.

Ante este dilema y después de profunda meditación, hizo esto:
Tomo la redondez de la luna, las suaves curvas de las olas, la tierna adhesión de la enredadera, el trémulo movimiento de las hojas, la esbeltez de la palmera, el tinte delicado de las flores, la amorosa mirada del ciervo, la alegría del sol y las gotas del llanto de las nubes, la inconstancia del viento y la fidelidad del perro, la timidez de la tórtola y la vanidad del pavo real, la suavidad de la pluma de un cisne y la dureza del diamante, la dulzura de la paloma y la crueldad del tigre, el ardor del fuego y la frialdad de la nieve.

Mezclo tan desiguales ingredientes, formó a la mujer y se la dio al hombre.
Después de una semana, vino el hombre y le dijo: ¡¡¡Señor, la criatura que me diste me hace desdichado, quiere toda mi atención, nunca me deja solo, charla incesantemente, llora sin motivo, parece que se divierte al hacerme sufrir y vengo a devolvértela porque no puedo vivir con ella!!!

Bien, contestó Dios y tomó a la mujer.
Pasó otra semana, volvió el hombre y le dijo: Señor, me encuentro muy solo desde que te devolví a la criatura que hiciste para mí, ella cantaba y jugaba a mi lado, me miraba con ternura y su mirada era una caricia, reía y su risa era música, era hermosa a la vista y suave al contacto. Me cuidaba y protegía cuando lo necesitaba, me daba dulzura, ternura, comprensión y amor sin condiciones, por favor Dios, devuélvemela, ¡¡¡porque no puedo vivir sin ella!!!

Ya veo, dijo Dios, ahora valoras sus cualidades, eso me alegra mucho, claro que puedes tenerla de nuevo, fue creada para ti, pero no olvides cuidarla, amarla, respetarla y protegerla, porque de no hacerlo, corres el riesgo de quedarte de nuevo sin ella...

Te miré y sucedió


Sucedió que volvemos a encontramos otra vez, como en una nueva primera vez;
y sentí que sentíamos lo mismo. Las miradas en sus extrañezas nos delatan.
Pareciera como si tu destino y el mío, hubieran estado dormidos en algún rincón de nuestras mentes por muchos siglos en un sueño muy profundo, y que ahora despiertan en el alba de otra época por la coincidencia de un mirar tan  divino, como extraño.

Es como si nos hubiéramos amado inconclusamente en otros tiempos, y que ahora, en la intercepción de nuestros caminos, súbitas remembranzas vienen a nuestras miradas con la aparente intención en que cerremos un ciclo.
Las miradas dentro de un halo de misticismo, develan y hablan de nuestro destino, al mismo tiempo que sentencian su veredicto condenatorio en amarnos aquí, o en otro tiempo más allá de esta existencia.

Predestinados-Rourke Boada

CHOCOLATES Y CHAMPAÑA De: Walter Robinson Pineda Cepeda



Como si el deseo fuera chocolate,
caliente, líquido y derretido,
mi boca inicia su alquimia de besos

por la ruta de tus sentidos vulnerados,
te estremeces profunda en tus huesos
cuando mis manos descubren tu piel,
beso la columna de tu cuello,
bajo por la curva deliciosa de tu espalda
con la punta de mis dedos que caminan,
busco en la copa de tus pechos
plenilunios y solsticios de primavera,
me derrito por cada aroma de tu cuerpo,
me derramo líquido por tus sentidos,
te vuelves agua al contacto de mis deseos,
que te hablan en silencio en cada caricia,
siento tu desnudez pura como golosina,
tus ojos me regalan miradas como besos
y tu boca cae sobre mi como cascada chocolate
caliente, húmeda, derretida.

Tus deseo y mis deseos
son como la espuma del champaña,
basta abrir pétalos de sentimientos
para que salte esa cascada fresca y espumosa
con el sabor del amor que emborracha
y vence toda resistencia.
Esa sensación que baja por mi garganta
Y me pone en alerta los sentidos
Cuando tu calor se mezcla con el rocío único
de ese río dulce como tu amor bajando por tu piel,
Humedeciendo tus pechos de afrodita
y cobrando vida en el jardín de Venus…

Cuánta sed he acumulado desde el paraíso
para vivir cada segundo de este instante…¡¡¡


LAS ALMAS, UN ALMA.Por: Mauro Mateos



Noviembre es el mes correcto. Jueves a la mañana el momento ideal. Me ha costado el olvido de mi familia y amistades, pero no es tiempo de reparar en nimiedades que corrompan este momento por el cual he fatigado más almanaques que años han sido plasmados en tortas de cumpleaños,
Cuando el sol sorprenda la ventana de mi escritorio, la maquinaria que tanto me costó construir finalmente entrará en práctica y los kilómetros de papel, litros de tinta invertidos en este proyecto, dejarán sin palabras ni aliento las vacías teorías científicas.
Los engranajes de alerce tendrán la capacidad de capturar el aliento en una red de barba de pino. Dentro de este aliento separaré las palabras secretas que descifran la latitud y longitud que ubica el ciego sitio geográfico donde reside el Alma. De estas palabras, que son tres: Una articula el idioma de los Dioses. La segunda, guarda la llave que quita al tiempo su asidua tarea y lo deja sin a
utoridad por un breve periodo. Por ultimo, la tercera palabra, es el conocimiento único y vasto de la vida.
Con estas tres palabras me debo concentrar en una vasija de roca, molerlas con un mortero hasta que se manifieste un aceite espeso, amargo, más lejano que la miel de los egipcios.
Beberé dicho brebaje intentando despejar la mente hasta el absoluto nada. Una vez lograda esa ausencia soñaré una pampa blanca, una pluma antigua y la tinta de los antiguos. En esa blanca extensión escribiré los códigos que destraban el candado de la puerta de ingreso que establece las fronteras entre las almas que, en realidad y desde el génesis, fueron una.
En algunas horas despertaré de la sombra de las sombras de un sueño de alquimia y símbolos. Si el brebaje honra la promesa de los dioses, las palabras de algún lector que tropiece con estos trazos escribirá que ya su alma es un peregrino en busca del brebaje.
Las Almas, un Alma
.
Calaverita Mateos (Esquel)
www.calaveralma.com.ar

Estrella fugaz



Estrella fugaz ruégale a mi amada que vuelva y dile que la quiero, que no la puedo olvidar, que sin ella, el tiempo se detiene, se apagaría el sol, se ocultaría la luna y se marchitarían las rosas, dile que la espero a la orilla del mar, donde viviremos nuestro romances bañados por las olas del mar, donde ella será la sirena de mi amor, con música de brisa y adornos de coral, y entres las olas tranquilas
 los delfines nos lleven a pasear a ese mundo marino de pasión donde uniremos nuestros labios como relámpago nocturno y destilando en nuestro corazones la esencia de amor, esperanza y pasión que marca el recorrido de nuestro destino, así como surca la gaviota la inmensidad del cielo buscando el nuevo amanecer, te amaré, te amo y te querré hasta el fin del tiempo.
¡Anónimo!.

Waira Por Chamalú -FINAL

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Chamalú

Tu alimentación, "Wairita", será sobria y natural; al principio, como es habitual, leche materna, que es insustituible. Poco a poco irás ampliando tu repertorio a frutas, verduras, cereales integrales y, fundamentalmente, alimentos cultivados en el huerto, con amor y sin químicos. Te daremos lo necesario, mas sin exceso. El resto lo repartiremos a otros niños como tú. A veces ayunarás, reverente; otras veces incluso comerás menos de lo necesario. La preparación de la guerrera comienza desde la concepción. Nosotros te prepararemos rigurosamente. Un día tú elegirás tu camino, esto es sólo el entrenamiento.

Tu derecho a equivocarte no te lo quitaremos jamás. Además, todos somos niños y si todos estamos jugando, quienes tenemos más experiencia en realidad sólo somos los que más hemos caído. Y cuando te equivoques, "Waira", reconoce con humildad tu error y aprende de él; ese es el sendero del caminante que un día te vestirá de "invulnerabilidad".

Y desde ahora quiero decirte, "Waira", que no te atormentaremos con los típicos "nos" de los papás. Más que un padre, considérame un amigo. En términos externos y materiales, debes saber, "Waira", que no te faltará nada; empero, te daremos pocas cosas porque realmente muy poco es necesario. Si quieres más adelante participar de la carrera consumista podrás hacerlo, mas en ello no cuentes conmigo. Conozco mucha gente que en nefasto trueque, cambia su vida por un poco de dinero con qué comprar lo que necesita.
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Aprenderás a cuidarte sola "Wairita"; nosotros de vez en cuando caminaremos a tu lado, mas tu camino deberás transitarlo con tus pies. No es posible vivir con temores. No es necesario ir por la vida con miedo. Aprender es maravilloso y la vida es la mejor escuela.
Ten en cuenta que conocerás toda clase de gente: gente deshonesta, gente cínica, soberbia y mal intencionada. Mas no es bueno ser prejuicioso ni andar con temor, sólo precisas estar atenta, alerta, tener paciencia, mucho humor y total honestidad; muéstrate como eres, sé siempre tú misma en las más diversas circunstancias. Lo que está bien hecho reconócelo y sé agradecida. Lo que te parezca incorrecto señálalo con serenidad y firmeza, con ternura; cuando más allá del error veas una buena intención, otorga otra oportunidad y perdona, perdona cuantas veces sea necesario, perdonar es purificador. También encontrarás gente que habla mucho, gente que habla una cosa y hace otra, haciendo de la incoherencia su contexto habitual. No te compliques, vinimos a la tierra a jugar, no a juzgar.
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En la comunidad donde vivimos se enseña, desde la práctica misma, el sagrado arte de vivir, para que la vida sea la más maravillosa aventura de crecimiento. Miles de personas de todo el mundo vienen a buscar ese conocimiento, que en nuestro trabajo comunitario, luego lo descubren dentro. "Waira", tú tendrás los mismos derechos y deberes que todos, todo lo que obtengas será por mérito tuyo, nosotros sólo te abriremos la puerta, los pasos los tienes que dar tú. Te enseñaremos a vivir sin complicarte, y al concluir nuestra labor en la Tierra, no te dejaremos otra riqueza que la de un corazón con las más hermosas flores. Puedes estar segura, tendrás con nosotros la oportunidad de ser tú misma. Te ayudaremos a conocer tus límites para ampliarlos, a reconocer tus errores y a aprender de ellos. Nuestro amor hacia ti será el mismo en tus logros que en tus caídas. No te induciremos a que seas como nosotros, sólo te recordaremos la posibilidad de crecer y disfrutar la vida.
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¿Sabes, "Wairita", que a nosotros nos aplauden y nos atacan con igual intensidad? Y nosotros disfrutamos tanto de ambos; nos causan gracia los aplausos porque en realidad no los necesitamos; nos causan gracia las difamaciones porque con ellas no nos identificamos, y en el fondo nos fortalecen. Ser caminante supone crecer imperturbable. Cuánto agradecemos todo, todo, todo lo que pasa. Qué sería de nosotros sin tanta gente insoportable. La clave es el amor, "Waira", recuérdalo siempre; el amor te volverá poderosa. El amor incluye el humor que actúa como vacuna contra la frustración.
Naciste en lo que cronológicamente es el nuevo "Pachacuti", elegiste bien. Este es un tiempo precioso, el despertar espiritual planetario es inocultable. ¿Ocuparás el sitio que la "Pachamama" ha reservado para ti?, ¿estarás plenamente instalada en cada instante?, ¿absorberás cada día y ninguna hora pasará en vano? Sabes que en realidad es útil el tiempo que no se usa. Tú como todos tendrás muchas oportunidades; ¿las reconocerás?
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"Waira", aún eres pequeña pero no importa; tu espíritu es viejo y tu corazón no olvidará estas palabras. Este es un mensaje que te di cuando eras aún pequeña, mas el tiempo continuó pasando, y pasaron varios años, y los niños de tu edad se aprestaron a ir a la escuela. ¿Quieres ir "Waira"? Ya sabes que nunca te privé de la libertad de elergir; yo en tu caso no iría, no es necesario, la vida es la mejor escuela. Podrías aprender a leer y escribir con nosotros, y seguiríamos jugando. La vida es un juego sagrado. No venimos aquí a complicarnos, mas si quieres ir puedes hacerlo, simplemente te pido que no aceptes competir con tus compañeros, no me interesan las notas que saques, ni los diplomas que puedas obtener. No "Waira", no es que la educación sea mala, sino que en la sociedad occidental se forman hombres y mujeres para reproducir el grotesco sistema que los oprime. Yo te quiero "ser humano", nada más. Y en la escuela se vuelve egoístas a los niños, y se les enseña a competir entre ellos, a humillar al prójimo; se les convierte en seres agresivos, materialistas, consumistas en extremo, de manera que sólo sean felices acumulando cosas y vendiendo y venciendo a los demás, y vendiendo su tiempo a cambio de un poco de dinero. Nada de eso nos interesa a nosotros; si quieres puedes ir, pero recuerda: "Te quiero libre, te quiero feliz". 
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En nuestras escuelas las cosas fluyen de manera diferente; sí hay amor y sí hay libertad. Si sólo la maestra mirara aunque sea un instante de manera amorosa a sus alumnos, ya todo sería diferente, entonces tendríamos real escuela, pues allá la fiesta continuará. Te decimos desde ahora que nosotros no te llenaremos la cabeza de datos y conocimiento inservibles; empero, a veces hay que aprender de todo, pero todas estas son estaciones intermedias que hay que atravesar. No olvides que tus juguetes no son tuyos, son de todos los niños, y que los más hermosos son el sol y las estrellas, la lluvia y el arco iris. "Waira", donde quiera que estés sé amable y amorosa; el amor es el alma más poderosa.
Y los años continuaron pasando... "Waira", me parece ayer cuando preparábamos tu nacimiento, ahora ya estás grande. Recibiste como enseñanza fundamental el ejemplo. ¿Tú sabes que una mujer cuando está en su centro es poderosa? Mas la mujer "guerrera" en que aspiramos que cada mujer se convierta, es imperturbable. Hay que situarse más allá del éxito y del fracaso; el hacer vibrar y la armonía son su estado habitual. La guerrera no corre ni se queda; sabe avanzar. No se complica ni se queja; ama lo que hace y se entrega plenamente a cada instante
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"Waira", ¿continúas danzando como antes?, ¿continúas abrazando los árboles y jugando con las estrellas? Cómo va creciendo uno. Sabes que cuando uno llega a la juventud es necesario, es bueno, como lo hacían nuestros antepasados, vencer diferentes pruebas que nos permitan cultivar la belleza interior, ampliar nuestros límites, hacernos fuertes. ¡Te quiero fuerte! Quiero que sepas que en ti hay algo más que una joven atractiva. Por tus venas circula la sangre de los Incas, de los Amautas, de los hombres y mujeres sagrados. Tienes la posibilidad de contribuir al despertar de la espiritualidad indígena y curar las heridas de nuestra madre tierra. Nuestra madre tierra que hoy más que nunca nos está llamando. Es urgente despertar a nuestros hermanos, la agonía de la tierra lo exige, el inminente gran amanecer de los tiempos lo requiere, si quieres, podrás viajar con nosotros desde Poblanco, corazón.
Si te quieres, recuerda que tu libertad es una valiosa joya completamente exenta de negociación o trueque; cuando vuelva a verte sólo anhelo encontrarte libre, como siempre te quería.
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Llegará un momento en que la propia dinámica de la pareja te ponga en situaciones hasta hoy novedosas, como el tema de la relación sexual. Hablar del tema "Waira", supone referirse a una importantísima energía que poseemos todos, que bien manejada puede contribuir al crecimiento espiritual; empero, cuando es mal utilizada y desperdiciada en actos que no van más allá del mero instinto degradado, la persona transita descendentes senderos; entonces su aspiración estará en función de su condición reptante y la posiblidad del vuelo estará desterrada. No, "Waira", no se trata de reprimirse, de temer o complicarse, se trata de actuar dentro de un nivel de conciencia y conocimiento. Tú eres mujer y tienes derecho a conocer tu cuerpo, descubrirlo, disfrutarlo; empero, sería interesante que te muevas en un contexto en el que la reverencia, la trascendencia y el sagrado arte de vivir estén presentes. Nada de esto es nuevo. Nuestros antepasados ya lo sabían. Cuando ello ocurre con naturalidad y responsabilidad todo es diferente, todo es hermoso.
Recuerda que nuestro cuerpo es sagrado; al ser vestuario de cuerpos más sutiles, es un templo. Recuerda que la juventud es el momento ideal para dar sentido profundo a la vida. Sé fuerte, no permitas que te manipulen desde ningún nivel, especialmente desde lo sentimental. Acostúmbrate a expresar lo que sientes con ternura y firmeza, y fundamentalmente no generes sentimientos de culpa. Ahora que vas al mundo, ahora que te devuelvo al mundo, es cuando debes usar todo lo que aprendiste con nosotros, que nada te sorprenda, que nada te decepcione; no estás bajando al mundo a juzgar ni a complicarte, tu paso por él tiene una función de aprendizaje y formación. Que la coherencia sea tu contexto permanente. En las más diversas circunstancias sé tú misma: honesta, transparente, insobornable, auténtica, valiente, sólo los seres valientes son capaces de amar, pues el amor comienza donde terminan los límites.
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"Waira", no importa que tus amigas tengan más cosas que tú, eso es pura basura. Tú nos conoces, nosotros no entregamos fragmentos de nuestra vida a cambio de un dinero con que comprar lo necesario. "Waira", sólo tienes que competir contigo misma. Ahora que estás a punto de marcharte, sólo quiero decirte que lo único que tienes es a ti misma. Este es un tiempo muy especial, todo está vivo, todo es uno.
Nosotros seguiremos adelante. Si quieres podrás viajar con nosotros, mas la decisión, como siempre, será tuya. Explora, descubre, imagina, expresa, disfruta, comparte y cuando tengas algún problema, danza; ello preservará tu lucidez y las alternativas de solución se multiplicarán más. No te aferres "Waira", no te aferrers a nada, deja en libertad tu libertad. Y el tiempo seguirá pasando. Nosotros seguiremos fluyendo, seguiremos adelante. Seguiremos anhelando que permanezcas siempre alerta, alerta contra los miedos que nos inoculan, contra la estupidez que nos contagian, contra la soberbia que nos inducen, contra la infelicidad que nos recomiendan. No hace falta pensar demasiado, no precisamos mucho dinero. La comodidad artificial degenera. La falta de entusiasmo mata la vida.

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Cuando hagas algo, conviértete en lo que estás haciendo. Nunca dejes de observar tu propio interior; en especial, en momentos de grandes decisiones; sé honesta contigo misma, no te compliques intentando comprenderlo todo, hay cosas que se explican solas, en algún momento, vivencialmente.
"Waira", finalmente quiero decirte que cuando al concluir mi tiempo en la tierra me haya marchado, quiero pedirte que devuelvas ceremonialmente el vehículo corporal abandonado a la madre tierra, junto al árbol guardián. Esté entonces vestido de estrella, ave o árbol, visitaré la comunidad y compartiré con los hijos de la "Pachamama" ese instante de libertad y crecimiento que durante tanto tiempo he soñado. No, no estaré ausente, estaré en todas partes y estaré con la gente que tanto amé. Nada tiene final, "Waira". Cada instante es un fin y un principio, una eternidad. Lo último que puedo decirte es que la vida es una escuela permanente, que el momento de aprender es ahora, que sólo el que se ayuda a sí mismo es capaz de ayudar a los demás.
Hasta siempre "Waira". No olvides que aunque estés sola, estoy contigo, y toda la "Pachamama" está contigo.
Fuente: http://www.nuevagaia.com

Waira Por Chamalú Parte II



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El sol está a punto de ponerse. Las  estrellas pronto saldrán a decorar la noche. Una extasiante sinfonía a cargo de las aves anunciará el nuevo dia que, vestido de amanecer, llegará cada dia. ¿Te imaginas, tú mi niño, cuánta belleza nos rodea? Y sin embargo faltan ojos para verla. Menos mal que nunca es demasiado tarde y, tras la oscura noche, el 'Tataín' que imparte sol regresa otra vez. Quiero decirte que no siempre nos comprende la gente; a veces nos rechazan antes de conocernos. A veces nos critican antes de escuchamos y después de todo, de haber pasado por todo, de haberlo soportado todo, me digo: ¿Qué sería de nosotros sin problemas? Debo confesarte que las adversidades nos han hecho fuertes.
“Wairita" ¿Qué haces ahí?, ¿cómo se vive?, ¿qué haces los domingos? ¿Y cómo te trata tu mamá? Ya sé que estás en camino y quiero decirte que vengas con optimismo, pero no te hagas demasiadas ilusiones. Aquí hay de todo: sordos, ciegos, paralíticos, humanoides, máquinas, mercaderes, suicidas, y junto a las estrellas está la oscuridad. Pero nosotros miramos las estrellas, no la oscuridad.

10
Debes saber que donde nos ha tocado, ahí está nuestro trabajo. Recuerda que ninguna justificación será válida si no aprendes a tiempo el sagrado arte de vivir. “Waira’, mi pequeña, siempre te siento a pesar de la distancia; quizá la distancia es sólo un pretexto para estar más cerca que nunca. Y la abuela decía: "cuando nos llenamos totalmente, las soluciones ya no son necesarias porque los problemas se desvanecen".
Soy el árbol y tú la semilla. La semilla germinando para ser otro árbol. Yo no quiero hacerte crecer a mi manera. Sólo quiero ayudarte a sumergirte profundamente en la tierra de la vida. Y luego crecer juntos, como árboles del mismo jardín. ¿Me sientes? Segura. Sientes el puente que estamos construyendo de los Andes a Occidente. Era necesario bajar desde nuestra montaña y compartir con el hombre moderno nuestro ancestral conocimiento. Es que todos somos indígenas en el fondo; todos somos inocentes y amorosos más allá de las máscaras y los diplomas. Qué bueno que vienes; si quieres, puedes ayudarnos a reforestar corazones.
Y de juguetes te regalaré el sol y las estrellas, el trinar de las aves y la frescura del rio, todas las flores son para ti y se multiplicarán cuando las compartas, y podrás jugar con las nubes y los atardeceres, podrás convertirte en luciérnaga o mariposa, podrás sentirte tierra jugando a humano, podrás crecer con los árboles buscando la luz. Ese es el sagrado juego de la vida que vienes a jugar ahora.

11
¿Sabes que un día poco afortunado el hombre inventó la religión? Desde entonces la espiritualidad se burocratizó, y desde entonces sólo es posible llegar a Dios a través de los intermediarios, según nos dijeron. El problema es que los intermediarios nada tienen que ver con el gran espíritu. Waira, volvamos a la montaña. Mi niño, sólo podemos darte amor, lo demás no es necesario.
"Waira", ven con mucho humor, que la vida es una broma cósmica. Sí, la vida es un juego, el humor es su requisito. Te siento, sonriéndome. Y luego volaremos convertidos en cóndores. De verdad que el mundo modermo está tán lleno de máquinas, de prisas, de enfermedades, de egoísmo, de confusión, de soberbia, de infelicidad. No, “Waira", nuestro mundo es otro. Pero tampoco podernos olvidamos y olvidar al hombre moderno; tenemos que estar ahí para recordarles que vivir es diferente, para que no se olviden de vivir, definitivamente.
Puedes venir tranquilo mi niño, respetaré tu libertad. ¿Qué?, ¿que quieres hacerme un regalo? Eres tú mi niño el mejor regalo. Compartir contigo, verte crecer, contemplar cómo haces amistad con las mariposas y constituyes un coro con los pájaros, verte abrazar a los árboles y danzar en torno al hermano fuego, es suficiente; gracias por bajar a la tierra. Te llevaré desde la montaña a conocer la selva y a vivir en ella y curar sus heridas; la selva "Wairita" nos está llamando. ¿Vamos?
12
No, no estoy lejos, yo vivo a tu lado, contigo siempre. Tienes suerte "Waira”, nacerás en una comunidad y, sin embargo, desde ahora te digo que nadie hará lo que tú tienes que hacer, nadie vencerá pruebas por tí, nadie avanzará por ti. Quizá todo sea sólo una oportunidad. Pídele mi niño a tu mamá, que con frecuencia te lleve al bosque, que tus pies toquen descalzos la tierra y que le pida al sol, en cada amanecer, que encienda tu sol interior. "Wairita”, quería comentarte que los animalitos son nuestros hermanos igual que los árboles, los ríos son los tíos, las abuelas son las montañas, y la madre, la tierra. Nuestra tierra es grande y hermosa, aquí todos te estamos esperando.
No puedo evitar decirte en este momento que en alguna parte del mundo, en este momento, un niño está de hambre muriendo. Y así, cada instante, todos los días, y pensar que aún hay gente que se niega a compartir lo que tiene. ¿Te imaginas “Waira”? Unos tienen más de lo necesario y otros ni lo imprescindible. Date prisa mi niño que este mundo necesita seres dispuestos a compartir.
Y en este mundo moderno con frecuencia hay violencia, guerras; la guerra estará presente mientras en vez de tener un jardín, en el corazón tengamos una trinchera, mientras haya soberbia e intolerancia. Y ¿si escucháramos los adultos el sentir de los niños?, ¿si aprendiéramos de vosotros en vez de pretender educaros? "Wairita", sólo quiero poder enseñarte el sagrado arte de vivir, lo demás no es importante, ni siquiera las palabras serán necesarias; el ejemplo será suficiente.

13
Le pediré a tu mamá que comente contigo el menú, antes de hacerte participar de él. Es tan importante lo que se come y la actitud observada en ese sagrado momento. Y cuando sientas que algo no te viene bien, manifiéstalo. No tenemos derecho a perjudicarte. “Wairita”, quisiera, cuánto quisiera que te parezcas a un delfín. Si pudiéramos reinstalar la alegría, el mundo sería diferente. Quisiera que te parezcas a una luciérnaga, desafiando a la inmensa oscuridad. Quisiera darte un abrazo.
¿Sabes que todavía hay gente que siembra una cosa y espera cosechar otra? ¿Te imaginas mi niño cómo van las cosas por aquí? Por eso hemos abierto nuestras comunidades a todos los corazones sinceros.
Quiero pedirte que cuando sea el momento, vengas al mundo con facilidad. Es tan importante la manera como ingresamos al mundo. Qué hondas son las huellas que deja luego este acontecimiento. Conduce tú mismo este proceso, vívelo intensamente, pero, fundamentalmente, posibilita un natural advenimiento. Nosotros te recibiremos cantando, el círculo sagrado de la vida hecha canción será nuestra manera de recibirte. ¿Cantaremos juntos ese momento?
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Hola ‘Waira”! Bienvenida, bienvenida a la vida. Naciste hace pocos días y resultaste ser mujer. Nos encantó esa sorpresa. Este es un ciclo femenino. El "Pachacuti" que se inició recientemente es de polaridad femenina, el despertar de la mujer está proféticamente señalado; jugarás un importante papel en esta mágica coyuntura planetaria, contribuirás con tu entrega y ejemplo a la expansión de la conciencia, usarás ese inmenso poder del que estás dotada como mujer para contribuir a la evolución espiritual de la humanidad.
La realidad en la que vive el hombre moderno no es real. Nos prohibieron hablar con las montañas, ignorando que para hablar con ellas no precisamos usar la palabra.

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"Waira", el árbol sagrado que participó en tantas ceremonias, fue cortado. No se dieron cuenta de que continúa ahí. Cortaron la materia y, sin embargo, con los ojos del corazón podemos verle siempre: Transparente, vestido de luz. "Waira" los Amautas están regresando vestidos de humildad para evitar ser confundidos con los traficantes de lo trascendental, tan frecuentes en este mundo.
¿Sabes que tú no tendrás en casa casi nada? pues todo el Universo es tuyo y lo más hermoso no puede ser metido dentro de una caja. Y en medio de tanta humanidad civilizada. Nuestra labor "Wairita", consiste en "descivilizar" al hombre moderno y volverlo otra vez... "humano". ¿Nos ayudarás en ese intento"?
Y en el antiguo "Pachacuti" nuestra música estuvo prohibida; era peligroso realizar nuestras danzas sagradas, porque ellas nos conducían a sorprendentes niveles de lucidez, y cuando nuestra visión se acrecentaba y transitábamos por los senderos del futuro, temblaban los opresores. Nunca soportaron nuestra mirada transparente. Nunca soportaron nuestro silencio.
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Y se llevaron el oro y la plata embriagados en su codicia; no se detuvieron a contemplar la montaña guardián y a abrazar los árboles sagrados. Se llevaron tantas cosas, empero, ¿sabes?, olvidaron llevar lo más importante: nuestra alegría de vivir, el canto con el que recibimos cada amanecer y la danza con la que agradecidos despedimos al día.
Otros niños como tú, desde que nacen, o antes incluso, son entrenados para ser infelices. De esta nefasta programación tú no participarás. Naciste en un hogar que ha consagrado su vida al despertar espiritual de la humanidad. Nuestra vida cada día es una fiesta de crecimiento y convivencia multidimensional. Somos felices. Nuestra familia se ha compuesto por hombres y mujeres y niños de diversa procedencia étnica. Compartimos un bello lugar con montañas, árboles y pájaros; la libertad es nuestro contexto. "Waira", puedes estar segura, tu crecimiento está garantizado; sólo tú podrás detenerlo.
Continurá.

Waira Por Chamalú

Chamalú
Luis Ernesto Espinoza, mas bien conocido como Chamalú, escribió unas hermosas cartas que dedicó a su hija Waira cuando aún estaba en gestación. Queremos compartirlas con ustedes para que en el mundo haya más personas que conozcan su mensaje y sean capaces de apreciarlo, difundirlo y seguir su ejemplo de vida. Al leerlo con el corazón encontrarán la luz, y utilizando la razón, verán que fácil es realizar un mundo mejor para todos.


1.
Las pupilas de las estrellas acariciaron con su luz aquella noche. El perfil de la montaña guardiana estremeció la penumbra. Sentí que mi alma cantaba. Sentí que cada día era un regalo más. Mas esa vez el regalo se multiplicó, los pétalos de mi corazón latieron con fervor.
Un grito rasgó el amanecer. Un nuevo ser vino a participar del sagrado juego de la vida. La magia de la existencia posibilitó que una nube, una flor o una estrella, se vistiera de humano y, convertido en mujer, bajara otra vez a la tierra.
Con estas palabras, con estos pensamientos, comenzábamos la bienvenida a "Waira", a quien originalmente, desde mucho antes, comenzábamos a hablarle. Le contábamos, por ejemplo, que la idea de escribirle surgió cuando por primera vez me vi separado de su mamá. Entonces prometi escribirle; sin embargo, sabía que ya no estaba sola. Eran tiempos en que aún no sabíamos, no queríamos saber, si era varón o mujer. Le deciamos entonces: "estás tu mi querido hijo, y también, yo te quiero escribir".
Hace unos instantes me despedí de tu mamá y de algunos amigos, subí al avión y tú te viniste conmigo. El avión es una máquina para volar. Hay unos viajes para los que no se requiere un avión, ni siquiera el cuerpo, pero de eso hablaremos después. Ahora quiero contarte cómo es el mundo al que estás viniendo.
2. 
 La vida es un regalo al interior de ese otro regalo: la Naturaleza. Hay montañas majestuosas y mares con mil colores, y peces; flores perfumadas y mariposas jugando con ellas. Ya sé que todo eso te resulta nuevo, desconocido y, sin embargo, estás viniendo a descubrirlo, a disfrutarlo, a saborear cada paso en tu itinerario de descubrimiento. Entonces sólo puedo decirte "bienvenido a la vida". ¿Y si te apuraras un poco más, y si esta espera no fuera tan prolongada? ¿Ves? A uno lo vence a veces la impaciencia y, sin embargo, cómo olvidar que todo es un proceso, cómo ignorar que todo tiene su tiempo; si tuviéramos la capacidad de comprender el tiempo de cada cosa, cosas serían diferentes en el mundo.
Llegará un momento en que tú serás grande y marcharás de casa. Entonces ni yo ni tu mamá te lo impediremos: tienes derecho a descubrir el mundo, tienes derecho a equivocarte. Intentaremos que antes de partir comprendas que el error no es malo en sí mismo, sino parte del aprendizaje; quien aprende de sus caídas no se ha equivocado.
3.
 Quiero contarte que el hogar donde vivirás es una preciosa comunidad, tal como vivían nuestros abuelos los Incas; allá sólo tenemos un deber: Compartir. Sólo tenemos un derecho: Compartir. Y será en una casita circular con techo de paja y construída con inmenso amor. No te imaginas cuánto esfuerzo nos ha costado reconstruir nuestra comunidad, y, sin embargo, valió la pena. Hoy podemos recibirte en un hogar, a todos los niveles, maravilloso.
Quizás debo hablarte más cosas de nuestros antepasados. Los Incas fueron una comunidad de comunidades muy interesante. Profundamente respetuosa de la "Pachamama”, descubrieron que en la vida lo más importante es la vida. Que no tenemos que complicarnos cuando en verdad solo hemos venido a crecer, y crecer es disfrutar. La vida, te decía antes, es una fiesta. Nuestros antepasados ya lo sabían.
Sabes, mi ‘Waírita' querida, quiero compartir contigo mi felicidad, especialmente en momentos de adversidad. Si la gente recordara que vivir es lo más maravilloso que nos podia ocurrir, ¡cómo no celebrarlo con acciones plenas y pensamientos puros! ¡cómo no vivir agradecidos teniendo presente que el mejor agradecimiento es y será siempre estar bien! Quiero compartir contigo mi felicidad desde este momento.

4.

 Quiero confesarte algo, tienes que saberlo. La vida y la naturaleza en realidad son lo mismo: belleza pura. Donde sea que miremos podemos sentir la fragancia del amor. Empero, hay algunos hombres empeñados en no ver la belleza. Hay algunos hombres que en su ceguera están destruyendo la belleza y produciendo heridas a nuestra madre tierra. Estamos intentando ayudarles a reconciliarse con ella.
También quisiera presentarme. Es bueno que sepas quién es tu padre: Soy joven en edad pero viejo en conocimiento. Recibí la herencia sagrada y tengo el encargo de compartirla con los hombres de otros pueblos. Ese es el motivo de mis frecuentes viajes. Hay gente, tanta gente maravillosa que sólo está esperando que le recordemos su esencia amorosa. A veces, a veces me siento árbol, otras veces cóndor o montaña. Amo lo que hago, trato de ser coherente y especialmente de no perder la humildad.
¿Sabes que cuando nazcas será una fiesta? Es que la vida es una fiesta. Una danza sagrada, la sagrada danza cósmica. Ese día realizaremos la ceremonia de entregarte a la tierra, a los pies del árbol sagrado; una flor y una piedra serán enterrados al amanecer y le pediremos al "Tatain”, que ilumine tu sendero, que te enseñe a caminar con discernimiento y lucidez, que te enseñe a convertirte en luz cuando llegue la oscuridad. ¡Bienvenido a la fiesta de la vida!
5.

Y caminaremos descalzos sobre la tierra y gozaremos con el viento y danzaremos bajo la lluvia. Subiremos por el arco iris hasta el Juanajuacha; cuántas ganas tengo de mostrarte el árbol guia y subir contigo a la montaña sagrada. He viajado al mundo del hombre moderno. He transitado por sus calles vacías de amor.
Sabes mi "Wairita" querida que a veces no he podido evitar que mis lágrimas humedezcan el rostro. La gente ya no canta ni danza, no abraza ni regala; le hace daño a la tierra, se hacen daño unos a otros. Desde pequeños envían a sus niños a unos lugares donde se Vuelven máquinas. Nosotros te queremos libre, libre como el viento. Nosotros te queremos salvaje, pero humano.
¿Sabes que nosotros como hijos de la Pachamama tenemos un compromiso con ella? El compromiso de amarla y respetarla, de cuidarla y disfrutar agradecidos de su belleza. Es con ese ideal que estamos luchando; quisiera poder dejarte un mundo sin fronteras, sin enemistades, sin verdugos ni degollados. Un mundo donde cada uno se sienta árbol del mismo bosque compartiendo con alegría la danza sagrada de la vida.
6.
 Se me ocurre a partir de este momento llamarte “Waira": Viento, transparencia; para que mi "Wairita" sea libre como al viento, para que la pureza sea tu refugio. ¡Qué maravillosa posibilidad el convertirse en viento, en espacio abierto en el que nadie puede dañarte! Si todos se convirtieran en espacios abiertos, la invulnerabilidad caracterizaría a cada persona y el mundo se llenaría de luz.
Me preguntan a veces si te prefiero varón o mujer. ¿Cómo puedo elegir si es lo mismo? Los hombres tenemos una gran tarea qué cumplir en esta vida, igual que las mujeres. Todos hemos venido a realizar algo muy importante en el mundo, algo que nada tiene que ver con profesiones ni posesiones. Quisiera junto con tu mamá ayudarte a encontrar tu misión. Tu visión profunda, para que la vida, para que tu vida, "Waira”, no sea en vano. Quizá nada más podamos hacer por tí, porque el resto lo tendrás que hacer tú. No “Waira", no te dejaremos solo, te dejaremos contigo mismo, entonces recién podrás estar con nosotros, recién podrás valorarnos en justa medida; somos tus papás. Mas no eres de nuestra propiedad. Sólo podemos abrirte la puerta; tras ella, tu camino está esperando tus pasos.

7.
Hoy estoy solo contigo. Es como si todo el Universo se resumiera en ti. Te siento árbol, estrella, nube, piedra, ave, flor. Como si fueras todo eso y algo más. Voy a sembrar una semilla pensando en ti. Te he visto germinando y creciendo. Waira, ¿sabes que antes éramos estrellas? ¿Que un día descendimos a la tierra, nuestra escuela, para experimentar el círculo sagrado de la vida? ¿Que un día volveremos a vestirnos de luz?
Antes de viajar le pedí a tu mamá que por ningún motivo se enfade; al ser eventualmente tu hogar, es muy importante que cada instante esté lleno de felicidad, de ternura, de amor, pues todo lo que pensamos y sentimos circula por nuestro cuerpo. Le pedí que llene sus días de alegría, más alegría que nunca; es un momento tan especial. Es tán importante recibirte en un hogar armónico y posibilitar un viaje agradable. “Wairita" tu sitio ya está reservado. Ya te siento diciéndome "papá”.
Quiero recordarte que hoy tuvimos una prolongada conversación. Me preguntaste tantas cosas, tu mamá se reía. Ella sabe que nunca me costó responder ninguna pregunta, y sin embargo, contigo es como si te enviaran para recordarme que en el fondo todos somos niños. Que cuando olvidamos eso comenzamos a hacer tonterias. Si solo se trata de jugar, si la gente comprendiera que la vida es un juego sagrado en vez de complicarse tanto. Ahí están los delfines, para recordarnos que estamos aquí para participar plenamente del sagrado juego de la vida. ¿Jugamos?

8.

 Anoche vi las estrellas y en una de ellas vi tu rostro. Cuando el origen y el destino se juntan, la rueda de la vida ha concluido para dar paso a la eternidad. Les abracé a ti y a tu mamá intensamente. A pesar de llevaros en el corazón, el sabor de la despedida hace sentirse. Subí al avión y mis lágrimas se abrieron paso inevitablemente; mis lágrimas son mi manera de amar.
¿Sabes "Waira"?, este es un año muy especial; el año 1992. Se celebran en España los 500 años del descubrimiento de América; para nosotros aquello fue un genocidio. No, no es una queja, ni hay resentimiento. Aprendimos a perdonar y descendiendo desde nuestra montaña, fuimos a decirle al hombre occidental: Hermano. Este es un año especial por otras razones. Hay puertas que se dinamizan, voluntades que se multiplican; un ciclo especial, un nuevo "Pachacutí" se está abriendo. Son tiempos para estar más atentos, más disponibles. Gracias por venir precisamente ahora, eres nuestro mejor regalo.
Y un día también tú tendrás niños. ¿Qué harás con ellos?, ¿les enviarás a la escuela?, ¿permitirás que el consumismo los devore?, ¿les impondrás lo que a ti te gusta?, ¿les dirás una cosa con la palabra y otra con el comportamiento?, ¿les enseñarás a tener miedos y a ver como algo malo el error?, ¿les dejarás en manos de especialistas? Tu corazón será la palabra.

Continuará.



(MITOLOGÍA GRIEGA) ""Psique""


Foto: (MITOLOGÍA GRIEGA)
       ღೋ ೋღ  ""Psique""ღೋ ೋღ
Psique (en latín Psyche, en griego, divinidad griega y protagonista de un mito latino, es la personificación del alma.

Según la historia, inmortalizada por Apuleyo en su Metamorfosis (El Asno de Oro), Psique era la menor y más hermosa de tres hermanas, hijas de un rey de Anatolia. Afrodita, celosa de su belleza, envió a su hijo Eros (Cupido) para que le lanzara una flecha de oro oxidado, que la haría enamorarse del hombre más horrible y ruin que encontrase. Sin embargo, Eros se enamoró de ella y lanzó la flecha al mar; cuando Psique se durmió, se la llevó volando hasta su palacio..
Para evitar la ira de su madre, una vez que tiene a Psique en su palacio, Eros se presenta siempre de noche, en la oscuridad, y prohíbe a Psique cualquier indagación sobre su identidad. Cada noche, en la oscuridad, se amaban. Una noche, Psique le contó a su amado que echaba de menos a sus hermanas y quería verlas. Eros aceptó, pero también le advirtió que sus hermanas querrían acabar con su dicha. A la mañana siguiente, Psique estuvo con sus hermanas, que le preguntaron, envidiosas, quién era su maravilloso marido. Psique, incapaz de explicarles cómo era su marido, puesto que no le había visto, titubeó y les contó que era un joven que estaba de caza, pero acabó confesando la verdad: que realmente no sabía quién era. Así, las hermanas de Psique la convencieron para que en mitad de la noche encendiera una lámpara y observara a su amado, asegurándole que sólo un monstruo querría ocultar su verdadera apariencia. Psique les hace caso y enciende una lámpara para ver a su marido. Una gota de aceite hirviendo (de la que Apuleyo hace un tópico medieval: stilla olei ardentis) cae sobre la cara de Eros dormido, que despierta y abandona, decepcionado, a su amante.

Cuando Psique se da cuenta de lo que ha hecho, ruega a Afrodita que le devuelva el amor de Eros, pero la diosa, rencorosa, le ordena realizar cuatro tareas, casi imposibles para un mortal, antes de recuperar a su amante divino. Como cuarto trabajo, Afrodita afirmó que el estrés de cuidar a su hijo, deprimido y enfermo como resultado de la infidelidad de Psique, había provocado que perdiese parte de su belleza. Psique tenía que ir al Hades y pedir a Perséfone, la reina del inframundo, un poco de su belleza que Psique guardaría en una caja negra que Afrodita le dio. Psique fue a una torre, decidiendo que el camino más corto al inframundo sería la muerte. Una voz la detuvo en el último momento y le indicó una ruta que le permitiría entrar y regresar aún con vida, además de decirle cómo pasar al perro Cerbero, Caronte y los otros peligros de dicha ruta. Psique apaciguó a Cerbero con un pastel de cebada y pagó a Caronte un óbolo para que le llevase al Hades. En el camino, vio manos que salían del agua. Una voz le dijo que les tirase un pastel de cebada, pero ella rehusó. Una vez allí, Perséfone dijo que estaría encantada de hacerle el favor a Afrodita. Una vez más pagó a Caronte y le dio el otro pastel a Cerbero para volver.
Psique abandonó el inframundo y decidió abrir la caja y tomar un poco de la belleza para sí misma, pensando que si hacía esto, Eros le amaría con toda seguridad. Dentro estaba un «sueño estigio» que la sorprendió. Eros, que la había perdonado, voló hasta su cuerpo y limpió el sueño de sus ojos, suplicando entonces a Zeus y Afrodita su permiso para casarse con Psique. Éstos accedieron y Zeus hizo inmortal a Psique. Afrodita bailó en la boda de Eros y Psique, y el hijo que éstos tuvieron se llamó Placer o (en la mitología romana) Voluptas.
Psique (en latín Psyche, en griego, divinidad griega y protagonista de un mito latino, es la personificación del alma.
Según la historia, inmortalizada por Apuleyo en su Metamorfosis (El Asno de Oro), Psique era la menor y más hermosa de tres hermanas, hijas de un rey de Anatolia. Afrodita, celosa de su belleza, envió a su hijo Eros (Cupido) para que le lanzara una flecha de oro oxidado, que la haría enamorarse del hombre más horrible y ruin que encontrase. Sin embargo, Eros se enamoró de ella y lanzó la flecha al mar; cuando Psique se durmió, se la llevó volando hasta su palacio..
Para evitar la ira de su madre, una vez que tiene a Psique en su palacio, Eros se presenta siempre de noche, en la oscuridad, y prohíbe a Psique cualquier indagación sobre su identidad. Cada noche, en la oscuridad, se amaban. Una noche, Psique le contó a su amado que echaba de menos a sus hermanas y quería verlas. Eros aceptó, pero también le advirtió que sus hermanas querrían acabar con su dicha. A la mañana siguiente, Psique estuvo con sus hermanas, que le preguntaron, envidiosas, quién era su maravilloso marido. Psique, incapaz de explicarles cómo era su marido, puesto que no le había visto, titubeó y les contó que era un joven que estaba de caza, pero acabó confesando la verdad: que realmente no sabía quién era. Así, las hermanas de Psique la convencieron para que en mitad de la noche encendiera una lámpara y observara a su amado, asegurándole que sólo un monstruo querría ocultar su verdadera apariencia. Psique les hace caso y enciende una lámpara para ver a su marido. Una gota de aceite hirviendo (de la que Apuleyo hace un tópico medieval: stilla olei ardentis) cae sobre la cara de Eros dormido, que despierta y abandona, decepcionado, a su amante.

Cuando Psique se da cuenta de lo que ha hecho, ruega a Afrodita que le devuelva el amor de Eros, pero la diosa, rencorosa, le ordena realizar cuatro tareas, casi imposibles para un mortal, antes de recuperar a su amante divino. Como cuarto trabajo, Afrodita afirmó que el estrés de cuidar a su hijo, deprimido y enfermo como resultado de la infidelidad de Psique, había provocado que perdiese parte de su belleza. Psique tenía que ir al Hades y pedir a Perséfone, la reina del inframundo, un poco de su belleza que Psique guardaría en una caja negra que Afrodita le dio. Psique fue a una torre, decidiendo que el camino más corto al inframundo sería la muerte. Una voz la detuvo en el último momento y le indicó una ruta que le permitiría entrar y regresar aún con vida, además de decirle cómo pasar al perro Cerbero, Caronte y los otros peligros de dicha ruta. Psique apaciguó a Cerbero con un pastel de cebada y pagó a Caronte un óbolo para que le llevase al Hades. En el camino, vio manos que salían del agua. Una voz le dijo que les tirase un pastel de cebada, pero ella rehusó. Una vez allí, Perséfone dijo que estaría encantada de hacerle el favor a Afrodita. Una vez más pagó a Caronte y le dio el otro pastel a Cerbero para volver.
Psique abandonó el inframundo y decidió abrir la caja y tomar un poco de la belleza para sí misma, pensando que si hacía esto, Eros le amaría con toda seguridad. Dentro estaba un «sueño estigio» que la sorprendió. Eros, que la había perdonado, voló hasta su cuerpo y limpió el sueño de sus ojos, suplicando entonces a Zeus y Afrodita su permiso para casarse con Psique. Éstos accedieron y Zeus hizo inmortal a Psique. Afrodita bailó en la boda de Eros y Psique, y el hijo que éstos tuvieron se llamó Placer o (en la mitología romana) Voluptas.

Amada Musa.De: Elfos,Hadas y un mundo mágico


Desde la soledad de mi alcoba, rodeado de deidades olímpicas y sobre un concierto heterogéneo de criaturas que se aprestan a cohabitar, te escribo estas notas desbordante mi corazón de plenitud, empero vacilante de esta ilusoria realidad. Forzoso, debo hacer reiteradas pausas... Quiero permanecer sereno, más mi alma da sobresaltos. Duda. Teme. En sus arcanos, cree que esto es un romance metafísico; una paradisíaca forma de alucinación; un amor desfasado.
Por ello, como paliativo se ve en la imperiosa necesidad de cumplir con el mandato del amor. Así sería más disimulado justificar tu estado primaveral, y salvar mi condición otoñal.

II
En mi mente repaso ávido el contrato que recién tú y yo suscribiéramos de manera consensuada, sin opulentas ceremonias, sin levantar nuestras diestras, y con total ausencia de refinados invitados y finas copas de cristal.
Ah… Tampoco fue necesario desembolsar honorarios para que un tercero avalara nuestro compromiso. Verbal fue nuestro ideal, más resistente quizá a las tendencias modernas que un obligatorio oficio estampado con nuestras rúbricas; un insignificante papel vacío que irremediablemente tornase caduco con el paso del tiempo.
Sólo tu palabra y la mía…Y nuestro acuerdo troquelado con caracteres indelebles. ¿Para qué más? Así fue nuestro solemne juramento de amor.
III
Cuán placentero resulta que hayamos decidido cruzar la vastedad oceánica, tú y yo, forjando cadenas con nuestros brazos; fuertemente entrelazadas las manos; asidos a un único cayado; cada uno leyendo los pensamientos del otro… ¿Habría otra manera de llegar juntos a la ribera propuesta?
IV

¡Oh!… amada mujer: Que ninguno se adelante; que ninguno exceda sus pasos; que ni tú ni yo jamás emulemos a la mujer de Lot. Lo sabes: tu pasado coincide con el mío.
Te ruego que sincronicemos escrupulosos todos nuestros movimientos y proyectemos nuestra mirada al punto remoto. Allá donde el Sol, después de su caluro paso, cae rendido para renacer mañana con nuevos bríos, irradiando todas sus líneas luminosas sobre nuestro entendimiento. ¿Cuál obstáculo le impedirá continuar su órbita? ¿Cuál obstáculo nos detendrá, motivante señora?..
IV
Anhelo mío. Atrás queda la hierba seca y maltrecha; flores mustias e irreparables soportes quebrados… ¡Oh! Aves mutiladas que perdieron su tibio canto. Aún persisten esporádicos y detestables ecos que afortunadamente van perdiendo fuerza. Observa como el área que abandonamos, exhibe contornos agrietados de un lamentable pasado que recién empieza a convalecer.

V
¡Oh!.. Cuánto júbilo. Desde acá visualizo en el otro borde, el verdor de la pradera; flores multicolores en constante agitación acudiendo a nuestro llamado; aves con flautas canoras que elevan su trino; un terreno firme donde cimentar esta ilusión.
¡Mira mujer!.. A lo lejos, coros arpegiados emergen de las entrañas del río regocijados por nuestro andar. Más allá se materializan escrupulosas lianas que quieren deshilachar el cielo para que tú y yo crucemos por aquella algodonosa nube púrpura.
VI
Atentos a cualquier esquirla cortante. Vigilemos el detalle insignificante. Caminamos paso a paso…
Recuerda: Al unísono… Tú y Yo. Por la vereda…Juntos.

¡Ah!… Y no te preocupes. Dejaré intacto el mensaje que arrastran tus ojos de tu pasado, como tú lo has hecho con el mío. Eso sí, te propongo que disolvamos cada uno nuestro yo y seamos una sola entidad.

***
Visita: danielanibalgalatroescritor.blogspot.com.ar

Amar en silencio

He aprendido amar en silencio... 
callar tu nombre en el mar infinito, 
Y navegar con el, llevarlo en silencio, 
mientras tu imagen se desborda... 
en la llanura de mi cuerpo, 
he aprendido a cerrar los ojos en mi almohada. 

y verme impotente en este mar de lágrimas, 
que parte mi alma a la tuya busca... 
y en la noche en el viento te llama, 
he aprendido a callar mi tormento... 
llevar el dolor con la herida abierta, 
he aprendido a musitar mi lamento... 
y a no querer sentir lo que siento, 
pero el tiempo sucumbirá este amor que empecé, 
y entre las cenizas que esparza un poema hallaras, 
por el aire que respires, de mi te acordaras... 
ahí, quizás pienses 
como yo te amo, nadie te amará

De: Elfos Hadas y un Mundo Mágico.

Conferencia de Julio Cortázar, Madrid (1981)


Si algo sabemos los escritores es que las palabras pueden llegar a cansarse y a enfermarse, como se cansan y se enferman los hombres o los caballos. Hay palabras que a fuerza de ser repetidas, y muchas veces mal empleadas, terminan por agotarse, por perder poco a poco su vitalidad. En vez de brotar de las bocas o de la escritura como lo que fueron algun
a vez, flechas de la comunicación, pájaros del pensamiento y de la sensibilidad, las vemos o las oímos caer corno piedras opacas, empezamos a no recibir de lleno su mensaje, o a percibir solamente una faceta de su contenido, a sentirlas corno monedas gastadas, a perderlas cada vez más como signos vivos y a servirnos de ellas como pañuelos de bolsillo, como zapatos usados. Los que asistimos a reuniones como ésta sabemos que hay palabras-clave, palabras-cumbre que condensan nuestras ideas, nuestras esperanzas y nuestras decisiones, y que deberían brillar como estrellas mentales cada vez que se las pronuncia. Sabemos muy bien cuales son esas palabras en las que se centran tantas obligaciones y tantos deseos: libertad, dignidad, derechos humanos, pueblo, justicia social, democracia, entre muchas otras. Y ahí están otra vez esta noche, aquí las estamos diciendo porque debemos decirlas, porque ellas aglutinan una inmensa carga positiva sin la cual nuestra vida tal como la entendemos no tendría el menor sentido, ni como individuos ni como pueblos. Aquí están otra vez esas palabras, las estamos diciendo, las estamos escuchando Pero en algunos de nosotros, acaso porque tenemos un contacto más obligado con el idioma que es nuestra herramienta estética de trabajo, se abre paso un sentimiento de inquietud, un temor que sería más fácil callar en el entusiasmo y la fe del momento, pero que no debe ser callado cuando se lo siente con fuerza y con la angustia con que a mí me ocurre sentirlo. Una vez más, como en tantas reuniones, coloquios, mesas redondas, tribunales y comisiones, surgen entre nosotros palabras cuya necesaria repetición es prueba de su importancia; pero a l a vez se diría que esa reiteración las está como limando, desgastando, apagando. Digo: "libertad" digo: "democracia", y de pronto siento que he dicho esas palabras sin haberme planteado una vez más su sentido más hondo, su mensaje más agudo, y siento también que muchos de los que las escuchan las están recibiendo a su vez como algo que amenaza convertirse en un estereotipo, en un clisé sobre el cual todo el mundo está de acuerdo porque ésa es la naturaleza misma del clisé y del estereotipo: anteponer un lugar común a una vivencia, una convención a una reflexión, una piedra opaca a un pájaro vivo. ¿Con qué derecho digo aquí estas cosas? Con el simple derecho de alguien que ve en el habla el punto más alto que haya escalado el hombre buscando saciar su sed de conocimiento y de comunicación, es decir, de avanzar positivamente en la historia como ente social, y de ahondar como individuo en el contacto con sus semejantes. Sin la palabra no habría historia y tampoco habría amor; seriamos, como el resto de los animales, mera sexualidad. El habla nos une como parejas, como sociedades, como pueblos. Hablamos porque somos, pero somos porque hablamos. Y es entonces que en las encrucijadas críticas, en los enfrentamientos de la luz contra la tiniebla, de la razón contra la brutalidad, de la democracia contra el fascismo, el habla asume un valor supremo del que no siempre nos damos plena cuenta. Ese valor, que deberia ser nuestra fuerza diurna frente a las acometidas de la fuerza nocturna, ese valor que nos mostraría con una máxima claridad el camino frente a los laberintos y las trampas que nos tiende el enemigo, ese valor del habla lo manejamos a veces como quien pone en marcha su automóvil o sube la escalera de su casa, mecánicamente, casi sin pensar, dándolo por sentado y por valido, descontando que la libertad es la libertad y la justicia es la justicia, así tal cual y sin más, como el cigarrillo que ofrecemos o que nos ofrecen. Hoy, en que tanto en España como en muchos países del mundo se juega una vez más el destino de los pueblos frente al resurgimiento de las pulsiones más negativas de la especie, yo siento que no siempre hacemos el esfuerzo necesario para definirnos inequívocamente en el plano de la comunicación verbal, para sentirnos seguros de las bases profundas de nuestras convicciones y de nuestras conductas sociales y políticas. Y eso puede llevarnos en muchos casos sin conocer a fondo el terreno donde se libra la batalla y donde debemos ganarla. Seguimos dejando que esas palabras que transmiten nuestras consignas, nuestras opciones y nuestras conductas, se desgasten y se fatiguen a fuerza de repetirse dentro de moldes avejentados, de retóricas que inflaman la pasión y la buena voluntad pero que no incitan a la reflexión creadora, al avance en profundidad de la inteligencia, a las tomas de posición que signifiquen un verdadero paso adelante eni la búsqueda de nuestro futuro. Todo esto sería acaso menos grave si frente a nosotros no estuvieran aquellos que, tanto en el plano del idioma como en el de los hechos, intentan todo lo posible para imponernos una concepción de vida, del estado, de la sociedad y del individuo basado en el desprecio elitista, en la discriminación por razones raciales y económicas, en la conquista de un poder omnímodo por todos los medios a su alcance, desde la destrucción física de pueblos enteros hasta el sojuzgamiento de aquellos grupos humanos que ellos destinan a la explotación económica y a la alienación individual.
Si algo distingue al fascismo y al imperialismo como técnicas de infiltración es precisamente su empleo tendencioso del lenguaje, su manejo de servirse de los mismo conceptos que estamos utilizando aquí esta noche para alterar y viciar su sentido más profundo y proponerlos como consignas de su ideología. Palabras como patria, libertad y civilización saltan como conejos en todos sus discursos, en todos sus artículos periodísticos. Pero para ellos la patria es una plaza fuerte destinada por definición a menospreciar y a amenazar a cualquier otra patria que no esté dispuesta a marchar de su lado en el desfile de los pasos de ganso. Para ellos la libertad es su libertad, la de una minoría entronizada y todopoderosa, sostenida ciegamente por masas altamente masificadas. Para ellos la civilización es el estancamiento en un conformismo permanente, en una obediencia incondicional. Y es entonces que nuestra excesiva confianza en el valor positivo que para nosotros tienen esos términos puede colocarnos en desventaja frente a ese uso diabólico del lenguaje. Por la muy simple razón de que nuestros enemigos han mostrado sus capacidad de insinuar, de introducir paso a paso un vocabulario que se presta como ninguno al engaño, y si por nuestra parte no damos al habla su sentido más auténtico y verdadero, puede llegar el momento en que ya no se vea con la suficiente claridad la diferencia esencial entre nuestros valores políticos y sociales y los de aquellos que presentan sus doctrinas vestidas con prendas parecidas; puede llegar el día en que el uso reiterado de las mismas palabras por unos y por otros no deje ver ya la diferencia esencial de sentido que hay en términos tales como individuo, como justicia social, corno derechos humanos, según que sean dichos por nosotros o por cualquier demagogo del imperialismo o del fascismo. Hubo un tiempo, sin embargo, en que las cosas no fueron así. Basta mirar hacia atrás en la historia para asistir al nacimiento de esas palabras en su forma más pura, para asentir su temblor matinal en los labios de tantos visionarios, de tantos filósofos, de tantos poetas. Y eso, que era expresión de utopía o de ideal en sus bocas y en sus escritos, habría de llenarse de ardiente vida cuando una primera y fabulosa convulsión popular las volvió realidad en el estallido de la Revolución Francesa. Hablar de libertad, de igualdad y de fraternidad dejó entonces de ser una abstracción del deseo para entrar de lleno en la dialéctica cotidiana de la historia vivida. Y a pesar de las contrarrevoluciones, de las traiciones profundas que habrían de encarnarse en figuras como la de Napoleón Bonaparte y de las de tantos otros, esas palabras conservaron su sabor más humano, su mensaje más acuciante que despertó a otros pueblos, que acompañó el nacimiento de las democracias y la liberación de tantos países oprimidos a lo largo del siglo XIX y la primera mitad del nuestro. Esas palabras no estaban ni enfermas ni cansadas, a pesar de que poco a poco los intereses de una burguesía egoísta y despiadada empezaba a recuperarlas para sus propios fines, que eran y son el engaño, el lavado de cerebros ingenuos o ignorantes, el espejismo de las falsas democracias como lo estamos viendo en la mayoría de los países industrializados que continúan decididos a imponer su ley y sus métodos a la totalidad del planeta. Poco a poco esas palabras se viciaron, se enfermaron a fuerza de ser viciadas por las peores demagogias del lenguaje dominante. Y nosotros, que las amamos porque en ellas alienta nuestra verdad, nuestra esperanza y nuestra lucha, seguimos diciéndolas porque las necesitamos, porque son las que deben expresar y transmitir nuestros valores positivos, nuestras normas de vida y nuestras consignas de combate. Las decimos, si, y es necesario y hermoso que así sea; pero ¿hemos sido capaces de mirarlas de frente, de ahondar en su significado, de despojarlas de la adherencias, de falsedad, de distorsión y de superficialidad con que nos han llegado después de un itinerario histórico que muchas veces las ha entregado y las entrega a los peores usos de la propaganda y la mentira? Un ejemplo entre muchos puede mostrar la cínica deformación del lenguaje por parte de los opresores de los pueblos. A lo largo de la segunda guerra mundial, yo escuchaba desde mi país, la Argentina, las transmisiones radiales por ondas cortas de los aliados y de los nazis. Recuerdo, con asco que el tiempo no ha hecho más que multiplicar, que las noticias difundidas por la radio de Hitler comenzaban cada vez con esta frase: Aquí Alemania, defensora de la cultura». Si, ustedes me han oído bien, sobre todo ustedes los mas jóvenes para quienes esa época es ya apenas una página en el manual de historia. Cada noche la voz repetía la misma frase: .Alemania, defensora de la cultura». La repetía mientras millones de judíos eran exterminados en los campos de concentración, la repetía mientras los teóricos hitleristas proclamaban sus teorías sobre la primacía de los arios puros y su desprecio por todo el resto de la humanidad considerada como inferior.
La palabra cultura, que concentra en su infinito contenido la definición más alta del ser humano, era presentada como un valor que el hitlerismo pretendía defender con sus divisiones blindadas, quemando libros en imnensas piras, condenando las formas más audaces y hermosas del arte moderno, masificando el pensamiento y la sensibilidad de enormes multitudes. Eso sucedía en los años cuarenta, pero la distorsión del lenguaje es todavía peor en nuestros tilas, cuando la sofisticación de los medios de comunicacióxi::Ja vuelve aún más eficaz y peligrosa puesto que aho:tánquea los últimos umbrales de la vida individual, y de§eié los canales de la televisión o las ondas radiales puede invadir y fascinar a quienes no siempre son capaces de reconocer sus verdaderas intenciones. Mi propio país, la Argentina, proporciona hoy otro ejemplo de esta colonización de la inteligencia por deformación de las palabras. En momentos en que diversas comisiones internacionales investigaban las denuncias sobre los::miles y miles de desaparecidos en el país, y daban a.. conocer informes aplastantes donde todas las formas de vióláción de derechos humanas aparecían probadas y.documentadas; la junta militar organizó una propaganda basada en el siguiente slogan: «Los argentinos somos derechos y humanos». Así, esos dos términos indisolublemente ligados desde la Revolución Francesa y en nuestros días por la Declaración de las Naciones Unidas, fueron insidiosamente separados, y la noción de derecho pasó a tomar un sentido totalmente disociado de su significación ética, jurídica y política para convertirse en el elogio demagógico de una supuesta manera de ser de los argentinos. Véase como el mecanismo de ese sofisma se vales de las mismas palabras: como somos derechos y humanos, nadie puede pretender que hemos violado los derechos humanos. Y todo el mundo puede irse a la cama en paz. Pero acaso no haya en estos momentos una utilización mas insidiosa del habla que la utilizada por el imperialismo norteamericano para convencer a su propio pueblo y a los de sus aliados europeos de que es necesario sofocar de cualquier manera la lucha revolucionaria en El Salvador. Para empezar se escamotea el termino «revolución«, a fin de negar el sentido esencial de la larga y dura lucha del pueblo salvadoreño por su libertad -otro término que es cuidadosamente eliminado-; todo se reduce así a lo que se califica de enfrentamientos entre grupos de ultraderecha y de ultraizquierda (estos últimos denominados siempre como «marxistas«), en medio de los cuales la junta de gobierno aparece como agente de moderación y de estabilidad que es necesario proteger a toda costa. La consecuencia de este enfoque verbal totalmente falseado tiene por'abjeto convencer a la población norteamedcara de que frente a toda situación polítieaxprisideráda como inestable en los países vecinos, el debél~de los Estados Unidos es defender la democracia dentro y fuera de sus frcinteras, con lo cual ya tenemos bien instalada la palabra «democta en un contexto con el que naturalmente no tiene nada.que ver. Y así podíamos seguir pasando revista al doble juego de escamoteos y de tergiversaciones verbales que.como se puede comprobar cien veces, golpea a las puertas de nuestro propio discurso político con las armas de la televisión, de la prensa y del cine, para ir generando una confusión mental progresiva, un desgaste de valores, una lenta enfermedad del habla, una fatiga contra la que no siempre luchamos como deberíamos hacerlo. ¿Pero en qué consiste ese deber? Detrás de cada palabra está presente el hombre como historia y como conciencia, y es en la naturaleza del hombre donde se hace necesario ahondar a la hora de asumir, de exponer y de defender nuestra concepción de la democracia y de la justicia social. Ese hombre que pronuncia tales palabras, ¿está bien seguro de que cuando habla de democracia abarca el conjunto de sus semejantes sin la menor restricción de tipo étnico, religioso o idiomático? Ese hombre que habla de libertad, ¿está seguro de que en su vida privada, en el terreno del matrimonio, de la sexualidad, de la paternidad o la maternidad, está dispuesto a vivir sin privilegios atávicos, sin autoridad despótica, sin machismo y sin feminismo entendidos como recíproca sumisión de los sexos? Ese hombre que habla de derechos humanos, ¿está seguro de que sus derechos no benefician cómodamente de una cierta situación social o económica frente a otros hombre que carecen de los medios o la educación necesarios para tener conciencia de ellos y hacerlos valer? Es tiempo de decirlo: las hermosas palabras de nuestra lucha ideológica y política no se enferman y se fatigan por sí mismas, sinoo por el mal uso que les dan nuestros enemigos y que en muchas circunstancias les damos nosotros. Una crítica profunda de nuestra naturaleza, de nuestra manera de pensar, de sentir y de vivir, es la única posibilidad que tenemos de devolverle al habla su sentido más alto, limpiar esas palabras que tanto usamos sin acaso vivirlas desde adentro, sin practicarlas auténticamente desde adentro, sin ser responsables de cada una de ellas desde lo más hondo de nuestro ser. Sólo así esos términos alcanzarán la fuerza que exigimos en ellos, sólo así serán nuestros y solamente nuestros. La tecnología le ha dado al hombre máquinas que lavan las ropas y la vajilla, que le devuelven el brillo y la pureza para su mejor uso. Es hora de pensar que cada uno de nosotros tiene una máquina mental de lavar, y que esa máquina es su inteligencia y su conciencia; con ella podemos y debemos lavar nuestro lenguaje político de tantas adherencias que lo debilitan. Sólo así lograremos que el futuro responda a nuestra esperanza y a nuestra acción, porque la historia es el hombre y se hace a su imagen y a su palabra.

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El almohadón de plumas-Horacio Quiroga



El almohadón de plumas

Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. El, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.

Durante tres meses -se habían casado en abril- vivieron una dicha especial.
Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre.

La casa en que vivían influía no poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso -frisos, columnas y estatuas de mármol- producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.

En ese extraño nido de amor, Alicia paso todo el otoño. No obstante había concluido por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.

No es raro adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró insidiosamente días y días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo salir al jardín apoyada en el brazo de su marido. Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó muy lento la mano por la cabeza, y A1icia rompió enseguida en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente todo su espanto callado, redoblando el llanto a la menor tentativa de caricia. Luego los sollozos fueron retardándose, y aun quedó largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni pronunciar una palabra.

Fue ese del último día en que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció desvanecida. El médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole cama y descanso absolutos.
-No sé -le dijo a Jordán en la puerta de la calle con la voz todavía baja-. Tiene una gran debilidad que no me explico. Y sin vómitos, nada... Si mañana se despierta como hoy, llámeme en seguida.

Al otro día Alicia seguía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima, completamente inexplicable, Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba visiblemente a la muere. Todo el día el dormitorio estaba con las luces prendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin que se oyera a el menor ruido. Alicia dormitaba. Jordán vivía en la sala, también con toda la luz encendida. Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La alfombra ahogaba sus pasos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su mudo vaivén a lo largo de la cama, deteniéndose un instante en cada extremo a mirar a su mujer.

Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la cama. Una noche quedó de repente mirando fijamente. Al rato abrió la boca para gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor.
- ¡Jordán! ¡Jordán! -clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.
Jordán corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia lanzó un alarido de horror.
- ¡Soy yo, Alicia, soy yo!

Alicia lo miró con extravío, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato de estupefacta confrontación, se serenó. Sonrió y tomó entre las suyas la mano de su marido, acariciándola por media hora, temblando.
Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide apoyado en la alfombra sobre los dedos, que tenía fijos en ella sus ojos.
Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa, desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo. En la última consulta Alicia yacía en estupor, mientras ellos pulsaban, pasándose de uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio, y siguieron al comedor.
-Psí... -se encogió de hombros desalentado su médico-. Es un caso serio... Poco hay que hacer.
-¡Sólo eso me faltaba! -resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la mesa.

Alicia fue extinguiéndose en subdelirio de anemia, agravado de tarde, pero remitía siempre en las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada mañana amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le fuera la vida en nuevas oleadas de sangre. Tenía siempre al despertar la sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos encima. Desde el tercer día este hundimiento no la abandonó más. Apenas podía mover la cabeza. No quiso que le tocaran la cama ni en que le arreglaran el almohadón. Sus terrores crepusculares avanzaban ahora en forma de monstruos que se arrastraban hasta la cama, y trepaban dificultosamente por la colcha.

Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las luces continuaban

fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala. En el silencio agónico de la casa, no se oía más que el delirio monótono que salía de la cama, y el sordo retumbo de los eternos pasos de Jordán.

Alicia murió, por fin. La sirvienta, cuando entró después a deshacer la cama, sola ya, miró un rato extrañada el almohadón.
-¡Señor! -llamó a Jordán en voz baja-. En el almohadón hay manchas que parecen de sangre.
Jordán se acercó rápidamente y se dobló sobre aquél. Efectivamente, sobre la funda, a ambos lados del hueco

que había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas oscuras.
-Parecen picaduras -murmuró la sirvienta después de un rato de inmóvil observación.
-Levántelo a la luz -le dijo Jordán. La sirvienta lo levantó pero en seguida lo dejó caer y se quedó mirando a aquí, lívida y temblando. Sin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le erizaban.
-¿Qué hay? -murmuró con voz ronca.
-Pesa mucho -articuló la sirvienta, sin dejar de temblar.

Jordán lo levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del comedor Jordán cortó funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un grito de horror con toda la boca abierta, llevándose las manos crispadas a los bandos. Sobre el fondo, entre las plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchada que apenas se le pronunciaba la boca.

Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca -su trompa, mejor dicho- a las sienes de aquélla chupándole la sangre. La picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del almohadón sin duda había impedido al principio su desarrollo; pero desde que la joven no pudo moverse, la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había vaciado a Alicia.

Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles particularmente favorable, y no es raro hallarlo en los almohadones de plumas.

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Como se hace un poema-Poldy Bird


Quiero que hagamos un recuerdo hoy, como se hace un poema.

Hoy, que todavía tengo estrellas en los ojos y la piel suave y nueva como hojas tiernas que inaugura la primavera en los árboles de octubre.

Hoy, que mi voz se nutre con savia de tu amor y conoce el itinerario que llega hasta el centro de tu corazón enamorado.

Hoy, que me has comprado un ramillete de violetas y aún están vivas y tienen un poco de rocío en los pétalos, y mis manos las sostienen a la altura de mi pecho, haciéndoles oír los golpeteos apurados anhelantes, de este corazón loco que late al compás de tus palabras.

Hoy, que somos felices y que reímos por nada, porque en la plaza no hay nadie, pudimos sentamos en un banco para nosotros solos, debajo de una fina y transparente llovizna de junio que nos humedece el pelo y la cara y nos devuelve aquella infancia, aquellos niños que fuimos una vez, desobedientes, escapados de la tutela materna, metiendo los zapatos en los charcos, demorando nuestra vuelta de la escuela para jugar a la rayuela sobre las

baldosas rotas de la vereda.

Un recuerdo.

Un recuerdo perfecto y preciso, pintado con la témpera de un gran pintor, con todos los colores y todas las luces de este instante, para poder mirarlo más adelante y verlo así: tus ojos pardos, mis ojos azules, tu impermeable gris, mi tapado amarillo, los árboles de un verde lavado, los guijarros rojos, el cielo como una plancha de azogue y plomo, las violetas azules.

Una muchacha alegre y un muchacho contento.


Unas palabras viejas como el mundo que se llenan de alas y campanas y suenan nuevas, nuevas por completo porque han sido pulidas y lustradas por la ternura que nos rebasa, que nos cubre, que nos estremece.

Este beso que enciende, esta cabeza mía que cae como un fruto dorado sobre tu pecho.

Este momento de felicidad que nos vuelve hermosos, únicos habitantes de¡ milagro.
Somos los pobladores de la maravilla, ¿te das cuenta?

Somos una canción, dos aves en vuelo, dos estrellas de una constelación de amor.

Somos los sacerdotes de una antigua religión que la humanidad vuelve a inaugurar cada vez que un hombre y una mujer entrelazan las manos y se dicen te quiero.

Somos un amanecer, la llegada de¡ sol y del verano en una lluviosa tarde. Esto se repetirá, dices. Esto se repetirá, digo.

Habrá otras tardes y otros días y otros be y otras palabras iguales a éstas... Sí, si... vos querés que así sea, yo quiero que así sea... Pero el tiempo se nos va a trepar, nos obligará a cambiar -como a todos-, y a medida que transcurran los meses y los años nos convertiremos en otros, parecidos a estos de hoy, pero otros. Habremos salvado algunos obstáculos, habremos sufrido algunas desilusiones, tendremos algunas heridas que trataremos de curar y algunos miedos que desearemos olvidar... ciertas partes de los resortes que hoy nos mueven estarán gastadas y tendremos que cambiarlas.


Porque eso es vivir ... ; vivir es gastarse y renovarse y volverse a gastar, dejar cosas en el camino... y encontrar otras.

Nos amaremos, si seguiremos amándonos..., pero también nuestro amor pasará por mil pruebas, será iluminado por otras luces y oscurecido por sombras. También nuestro amor cambiará, se irá modificando, ganara hondura y perderá esplendor. Será alto y macizo como el roble añoso, y no tendrá la gracia -un poco endeble, pero arrobadora- de¡ arbolito nuevo.

Por eso quiero que hoy, que en este momento, fabriquemos un recuerdo con todo lo que nos pertenece, con lo que somos ahora, y lo guardemos con cuidado, como se guardan las fotografías de los grandes acontecimientos, para mirarlo, pasados unos años, y encontrarnos en él... y volver a vivir por un instante este temblor, esta claridad, esta emoción esta perfecta realidad de amor que nos hace felices.

No creas que no te he amado.

No creas que no te amo cuando te pienso, cuando te recuerdo y te digo gracias, gracias, un millón de veces gracias ...

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CLAVES PARA VIVIR EN AMOR INCONDICIONAL DE LOS HERMANOS INDIOS HOPI



Eres único, diferente de todos los otros.
Sin reserva ni duda, permito que estés en el mundo como eres, sin un pensamiento o palabra de juicio…

No veo error alguno en las cosas que puedas decir, ni hacer, sentir y creer porque entiendo que te estás honrando a ti mismo al ser y hacer lo que es verdad para ti.

No puedo recorrer la vida con tus ojos ni verla a través de tu corazón.

No he estado donde tu has estado ni experimentado lo que has experimentado, viendo la vida desde tu perspectiva única.

Te aprecio exactamente como eres, siendo tu propia y singular chispa de la Conciencia Infinita, buscando encontrar tu propia forma individual de relacionarte con el mundo.

Sin reserva ni duda, te permito cada elección para que aprendas de la forma que te parezca apropiada.

Es vital que seas tu propia persona y no alguien que yo u otros piensen que “deberías” ser.

En la medida de mi capacidad, sin denigrarme o ponerme en un compromiso, te apoyaré en eso.

No puedo saber lo que es lo mejor para ti, lo que es verdad para ti o lo que necesitas, porque no sé lo que has elegido aprender, cómo has elegido aprenderlo, con quien o en qué periodo de tiempo.

Solo tu puedes sentir tu excitación interna y escuchar tu voz interna – yo sólo tengo la mía.

Reconozco que, aunque sean diferentes entre si, todas las maneras de percibir y experimentar las diferentes facetas de nuestro mundo, todas son válidas.

Sin reserva ni duda admito las elecciones que hagas en cada momento.

No emito juicio sobre esto porque es imprescindible que honre tu derecho a tu evolución individual, porque esto da poder a ese derecho para mí y para todos los otros.

A aquellos que elegirían un camino que no puedo andar o que no andaría, y aunque puede que elija no añadir mi poder y mi energía a ese camino, nunca te negaré el regalo de amor que Dios me ha concedido para toda la creación.

Como te amo, así seré amado.

Así como siembro, recogeré.

Sin reserva ni duda, te permito el derecho universal de libre albedrío para andar tu propio camino, creando etapas o manteniéndote quieto cuando sientas que es apropiado para ti.

No puedo ver siempre el cuadro más grande del Orden Divino y así no emitiré juicio sobre si tus pasos son grandes o pequeños, ligeros o pesados o conduzcan hacia arriba o hacia abajo, porque esto sólo sería mi punto de vista.

Aunque vea que no haces nada y juzgue que esto es indigno, yo reconozco que puede que seas el que traiga una gran sanación al permanecer en calma, bendecido por la Luz de Dios.

Porque es el derecho inalienable de toda vida el elegir su propia evolución, y sin reserva ni duda reconozco tu derecho a determinar tu propio futuro.

Con humildad, me postro ante la comprensión de que el camino que veo es mejor para mi no significa que sea también correcto para ti, que lo que yo creo no es necesariamente verdad para ti.

Sé que eres guiado como yo lo soy, siguiendo tu entusiasmo interno por conocer tu propio camino.

Sé que las muchas razas, religiones, costumbres, nacionalidades y creencias en nuestro mundo nos traen una gran riqueza y nos procuran los beneficios y enseñanzas de tal diversidad.

Sé que cada uno de nosotros aprende en nuestra manera única para devolver ese amor y sabiduría al TODO.


Entiendo que si sólo hubiese una forma de hacer algo, sólo necesitaría haber una persona.

Apreciaré tu luz interna única te comportes o no dé la manera en la que considero que deberías, aunque creas en cosas que yo no creo.

Entiendo que eres verdaderamente mi hermano y mi hermana, aunque puede que hayas nacido en un lugar diferente y creas en diferentes ideales.

El amor que siento es por absolutamente todo lo que ES.

Sé que cada cosa viva es una parte de una conciencia y siento un amor profundo por cada persona, animal, árbol, piedra y flor, por cada pájaro, río y océano y por todo lo que es en el mundo.

Vivo mi vida en servicio amoroso, siendo el mejor yo que

pueda, haciéndome más sabio en la perfección de la Verdad Divina, haciéndome más feliz, más sano, y cada vez más abundante y gozoso.

Aunque a lo largo del camino puede que me gustes, sienta indiferencia por vos, o me disgustes, no voy a dejar de amarte, de honrar tu singularidad y de permitirte ser tu.

Esta es la llave de la paz y armonía en nuestras vidas y en nuestra Tierra porque es la piedra central del Amor Incondicional

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