Sucedió que volvemos a encontramos otra vez, como en una nueva primera vez;
y sentí que sentíamos lo mismo. Las miradas en sus extrañezas nos delatan.
Pareciera como si tu destino y el mío, hubieran estado dormidos en algún rincón de nuestras mentes por muchos siglos en un sueño muy profundo, y que ahora despiertan en el alba de otra época por la coincidencia de un mirar tan divino, como extraño.
Las miradas dentro de un halo de misticismo, develan y hablan de nuestro destino, al mismo tiempo que sentencian su veredicto condenatorio en amarnos aquí, o en otro tiempo más allá de esta existencia.
Predestinados-Rourke Boada
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