¡SOY BOHEMIA ! ¿Y QUÉ?
Siempre me preguntan ¿que es ser Bohemio? les respondo : El Bohemio vive por vivir , se llena de angustia sin tener por qué, pero está alegre cuando otros no están.
El Bohemio vive su vida incansable de ideas ,algunas creativas y otras filosóficas, todas para hacer de su vida un paraíso. El Bohemio no teme, solo porque él vive su vida como quiere, ahora sin causarles daños a sus semejantes. Vive la vida con principios y hasta con responsibilidad pero hace lo que quiere cuando quiere. En la música encuentra pinturas, en las poesías encuentra música, y en las pinturas encuentra versos ...es así mientras que se bebe su copa y sin faltar un café en un bar escondido adonde solo se lee por la media luz y la atmósfera del tabaco. La noche es su tarima....ahi baila, canta, bebe, conversa y admira a otros como él. Se proclama el duende de la noche. Ve el mundo con otros ojos ...él ve colores en el cielo nublado, ve la melancolía en una rosa brillante en su esplendor.
Gracias a todos que entienden estas breves letras. ¡SÍIIIIIII!!!! ¡Soy una Bohemia !!! ¿y Qué?
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El placer de leer a Bioy Casares
Si el posible lector de esta reseña tuvo el privilegio de leer Borges, parte del diario de Bioy Casares (Destino, 2006), recordará que entre el 21 de julio de 1960 y el 31 del mismo mes, hay un vacío. (Recuérdese que este diario sólo habla de la relación de Bioy con Borges). Pues bien, Unos días en el Brasil llena ese vacío. El autor de La guerra del cerdo fue invitado a un congreso del PEN Club celebrado en Brasilia en aquellos días. Bioy Casares suspende su diario, pero abre otro de pequeño formato para comentar solo sus impresiones del congreso (editado en una tirada no venal de 300 ejemplares, en 1991, para ser obsequiado a los amigos del escritor). El sucinto diario mantiene vivo el tono irónico de su autor. Durante el congreso conoce a Moravia (de quien escucha palabras nada amables de la obra de Giorgio Bassani), conoce a su mujer (a la que llama señora Moravia, porque no se acordaba que era Elsa Morante). Como está en Brasil, Bioy Casares elabora una teoría del patriotismo muy interesante: hay patriotas negativos (a los que se les eriza la piel cuando alguien critica a su país) y los patriotas positivos (los que hacen algo útil por su patria). Si uno recuerda su Borges, tendrá presente el constante aliento irreverente de sus páginas, su humor devastador. En Unos días en el Brasil, se mantiene constante esa característica, guardando siempre una educación exquisita ante quien se hace merecedor de algunos gramos de su sarcasmo. Escucha con suma atención a quienes tienen algo interesante que comunicarle sobre el modo de ser de los brasileños. Oye decir que hay un racismo muy soterrado extendido en todo el país, sobre todo respecto a los negros. Y luego no puede disimular su condición de seductor irrefrenable, sus tentaciones enamoradizas que no oculta. No tienen desperdicio sus opiniones sobre Brasilia, sobre la injustificada necesidad de crear una nueva capitalidad. En fin, ha sido un inmenso placer volver a leerlo señor Adolfo Bioy Casares
Fuente: http://www.elpais.com/
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