¡SOY BOHEMIA ! ¿Y QUÉ?
Siempre me preguntan ¿que es ser Bohemio? les respondo : El Bohemio vive por vivir , se llena de angustia sin tener por qué, pero está alegre cuando otros no están.
El Bohemio vive su vida incansable de ideas ,algunas creativas y otras filosóficas, todas para hacer de su vida un paraíso. El Bohemio no teme, solo porque él vive su vida como quiere, ahora sin causarles daños a sus semejantes. Vive la vida con principios y hasta con responsibilidad pero hace lo que quiere cuando quiere. En la música encuentra pinturas, en las poesías encuentra música, y en las pinturas encuentra versos ...es así mientras que se bebe su copa y sin faltar un café en un bar escondido adonde solo se lee por la media luz y la atmósfera del tabaco. La noche es su tarima....ahi baila, canta, bebe, conversa y admira a otros como él. Se proclama el duende de la noche. Ve el mundo con otros ojos ...él ve colores en el cielo nublado, ve la melancolía en una rosa brillante en su esplendor.
Gracias a todos que entienden estas breves letras. ¡SÍIIIIIII!!!! ¡Soy una Bohemia !!! ¿y Qué?
Páginas
Utiliza este servicio
Seguidores
LA DIOSA, EL SAMURAI Y LA MUERTE por:Alexander Jesus Rozo
Marguerite Yourcenar es de léjos la mejor escritora que conozco. En su altar solo dejaría un rincón para Silvina Ocampo o Emily Dickinson, cometiendo tal vez una injusticia con las que no he leído pero me han recomendado: Jane Austen y Dujna Barnes. La obra de Yourcenar comprende libros tan disímiles como su mas conocido LAS MEMORIAS DE ADRIANO, quizá el mayor tratado de sabiduría literaria que existe o CUENTOS ORIENTALES, un auténtico crisol cultural, religioso, mitológico y fantástico, sumados a ALEXIS O EL TRATADO DEL INÚTIL COMBATE, un bello opúsculo sobre la complejidad del amor humano y la confesión tardía, y a OPUS NIGRUM, un espléndido fresco sobre los albores de la modernidad donde palpita mi personaje de ficción preferido: el médico y alquimista Zenón y su batalla contra la peste y el oscurantismo, su defensa de la magia y su vocación errante. Pero del libro que quiero hablar es de MISHIMA O LA VISIÓN DEL VACIO, una suerte de análisis biobibliográfico y vital de el escritor japonés que se suicidó en un ritual público a nombre de la nostalgia imperial en 1970. En él una diosa inmortal hace una autopsia con visos de homenaje al guerrero inconforme que muere jóven.
El libro no es solo el lazo que une dos grandes espíritus, es un ejemplo de la erudición, el preciosismo y la agudeza habituales de Yourcenar. Coinciden en él la obsevación atenta, la infatigable curiosidad y el delicado tacto, aunados a la audacia interpretativa de la mejor crítica, descubriendo las alusiones, las claves y las preferencias de Mishima, a la vez que ofrece un repaso a una obra admirable y poderosa, con una revisión seria que extrae y precisa sus rudimentos, el posible significado y la relación con el gesto final de un escritor influenciado por el budísmo, molesto con la occidentalización de su país y deseoso de llamar la atención, tras someterse a una férrea disciplina para la modelación de su cuerpo, y entregar su vida en un gesto de narcisismo, violencia y desengaño casi inexplicables. Su obra literaria habría bastado a la posteridad demuestra Yourcenar, a pesar de no recibir el nóbel, que recayó en su compatriota triste y amigo suyo Yasunari Kawabanata.
Yourcenar reserva y decanta un sereno halo poético para la lectura inteligente y noble de un contemporáneo, que a diferencia de su inclinación por las novelas históricas y la fantasía, privilegiaba la actualidad y la crudeza sin dejar de lado las complejas raíces y los desenvolvimientos de la cultura japonesa y su historia política que es la que a la postre tiñe y define su muerte, pero lareflexión de Yourcenar se introduce por caminos singulares y respuestas abiertas entre las que se destaca la conexión entre la imágen del SAN SEBASTIAN de Guido Renni, que tanto impresionara a Mishima con su laberinto mental, su gesto final y el significado de su martirio, sus implicaciones emotivas, estéticas y sexuales, para alguien que como Yourcenar, acreditaba una cultura cosmopólita que se nutría por igual de oriente y occidente.
Estudiante de derecho, niño retraído y sensibilísimo, consentido por una abuela que parece sacada de una novela, Mishima es para Yourcenar una especie de místico al que la llama del erotísmo arrebata con un innegable componente sadomasoquista expresado tanto en su obra como en su forma de morir, (abrirse el vientre y ser luego decapitado). No obstante advierte Yourcenar consiguió al menos un libro feliz. No suficiente en todo caso para llenar aquel vacio patriótico, añorante y pretencioso de su budísmo renegador del budísmo mismo en una manifestación de exacerbada virilidad por parte de un homosexual lleno de nostalgia por el Japón que quedaba atrás luego de la segunda guerra y el holocausto nuclear, cuya atmósfera Mishima recrea en CONFESIONES DE UNA MÁSCARA, un libro autobiográfico.
Marguerite Yourcenar en cambio murió de vieja en la tranquilidad de su lecho como el emperador Adriano, su personaje más célebre, con una obra mundialmente aclamada a la que tampoco le dieron el nóbel y, que estoy casi seguro, le gusta a usted tanto como a mi, señor Ayora. A diferencia de Yukio Mishima, el único suicidio que le pasó a esta francesa por la cabeza, ocurrió en la ficción cuando el médico y alquimísta Zenón, en la sinsalida que le plantean las fuerzas mas regresivas de su época, se corta las venas en su celda negándose a renunciar a su mas cara presea: la libertad de investigar, de pensar y de existir en concordancia con si mismo, que fué lo que hicieron a su manera, y hasta el distinto final, tanto Yourcenar como Mishima. Y es lo que debemos hacer todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario