La escritora Alicia Jurado, primera biógrafa y amiga personal de Jorge Luis Borges, recuerda al autor de Ficciones.
A- ¿Cuándo y cómo conoció a Borges?
AJ - Conocí a Borges en 1954. Desde entonces y hasta su muerte fuimos muy amigos. Recuerdo haberle leído muchas horas, sobre todo los autores ingleses que prefería; tal vez me usó para leerle en inglés porque desde muy chica hablo ese idioma. No sólo fue Borges el ser más inteligente que conocí, sino el más divertido; con nadie me he reído más.
A- ¿Qué significó, tanto en su vida personal como en su carrera literaria haber sido la primera biógrafa de Jorge Luis Borges?
AJ- Fui su primera biógrafa porque Pepe Bianco dirigía la colección Genio y Figura para EUDEBA y me lo encargó. Yo era amiga de él [de Borges] y de su madre, que me dio casi todos los datos sobre sus hijos. También conocí a Norah, de quien tengo un cuadro y un retrato mío, y a su marido, Guillermo de Torre. Ser su primera biógrafa no es tan importante como mi larga relación con él. Como escritora, le debo tanto a su enseñanza de claridad y de economía verbal; y en lo personal, se convirtió en una costumbre muy grata que ahora añoro.
A- Usted dice que lo más importante fue su relación con Borges, ¿cómo fue esa relación?.
AJ- Comíamos muchas veces juntos, en restaurantes o en mi casa. Yo iba a la suya a tomar el té con Leonorcita [Leonor Acevedo de Borges] y él solía llegar después. Lo acompañé a muchísimas conferencias suyas y durante dos años seguidos fui a sus cursos de Literatura Inglesa en la Facultad de Filosofía. Lo acompañé en varios viajes a provincias argentinas…
A- ¿Cuáles fueron las principales dificultades que contó al escribir la primera biografía del escritor?
AJ- Dificultades no hubo: la madre me contaba tanto. El, no: decía que era el tema que menos le interesaba. En esa época (1964) Borges era muy conocido entre los escritores, pero combatido por motivos políticos. Los peronistas entonces eran en su mayor parte analfabetos, pero la izquierda, más instruida, lo criticaba por no estar comprometido en la causa de ellos. Hoy nadie se anima a cuestionarlo. Mi biografía fue por esto un poco polémica.
A- Hábleme, por favor, Alicia, de su colaboración con Borges en la escritura del libro ¿Qué es el budismo?.
AJ- Ambos nos habíamos interesado por el tema mucho antes de que la editorial pidiera el libro. Cuando Borges me visitó en mi estancia [Estancia “El Retiro”, en Tapalqué] con su madre empezábamos a escribirlo; por eso las referencias a Heráclito y Gautama en el poema que me dejó en el álbum de visitas, dictado a su madre. El poema se publicó en La Rosa Profunda con el título de “Estancia «El Retiro»”. Después hubo un largo intervalo en que no quiso seguir trabajando, hasta que se resolvió a retomarlo y se publicó. Como explico en el prólogo, él lo redactó y yo hice el trabajo de investigación y lectura.
A- Para terminar, me gustaría qué me cuente cómo recuerda hoy a Borges.
AJ- Leo a menudo sus poemas y al hacerlo oigo su voz. A veces sueño con él. Lo que más me aflige es no poder hablarle por teléfono para preguntarle algo, porque en materia de humanidades podía responderme siempre.
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