¡SOY BOHEMIA ! ¿Y QUÉ?

Siempre me preguntan ¿que es ser Bohemio? les respondo : El Bohemio vive por vivir , se llena de angustia sin tener por qué, pero está alegre cuando otros no están.

El Bohemio vive su vida incansable de ideas ,algunas creativas y otras filosóficas, todas para hacer de su vida un paraíso. El Bohemio no teme, solo porque él vive su vida como quiere, ahora sin causarles daños a sus semejantes. Vive la vida con principios y hasta con responsibilidad pero hace lo que quiere cuando quiere. En la música encuentra pinturas, en las poesías encuentra música, y en las pinturas encuentra versos ...es así mientras que se bebe su copa y sin faltar un café en un bar escondido adonde solo se lee por la media luz y la atmósfera del tabaco. La noche es su tarima....ahi baila, canta, bebe, conversa y admira a otros como él. Se proclama el duende de la noche. Ve el mundo con otros ojos ...él ve colores en el cielo nublado, ve la melancolía en una rosa brillante en su esplendor.

Gracias a todos que entienden estas breves letras. ¡SÍIIIIIII!!!! ¡Soy una Bohemia !!! ¿y Qué?

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Reynaldo Arenas - Escribir en el límite



Reynaldo Arenas, escritor cubano disidente, debía escribir en la más absoluta clandestinidad. Su espíritu y su cuerpo estaban ya minados por un sentimiento no solamente de desarraigo (tuvo que mandarse a vivir a Nueva York), sino de dolor que trepaba por sus vértebras. Su aspiración era que sus cartas, el relato descarnado de su vida, que eran enviadas en la más absoluta clandestinidad a sus amigos, Jorge y Margarita Camacho, cubanos exiliados en Francia, tomaran después forma y cuerpo de libro.


¿Puede negarse a alguien a volar? Escribir es volar.

Reynaldo Arenas se entregó, sabiendo que estaba acosado ya por la muerte, a dejar un testimonio de su lucha contra el régimen castrista, que todos deberíamos leer.

También escribía en el límite, Miguel Hernández, poeta español, quien estando en prisión recibió la noticia de parte de su mujer que le contaba que no había más pan, sino cebollas para dar de comer a su hijo.

Pero Miguel Hernández transformó ese dolor que lo encegueció, y agravó su delicadísimo estado de salud, y le hizo ver el lado más fatídico y horroroso de un régimen totalitario, el de Francisco Franco, en una canción, en la más bella y humana celebración de la poesía.

Como se ve, el poeta puede darnos a veces prueba de que tiene mayor capacidad de supervivencia que el hombre.

Delfina Acosta
Asunción del Paraguay
9 de Enero de 2011

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