La fecundidad del amor y las palabras
Sos fecundo,prolífero,sos mi empeño.
Como las hojas a un árbol perenne.
Febril y ardoroso te siento, mio.
Puedo adjetivar sobre vos, criticarte.
Puedo calificarte y adorarte.
Darte momentos,nunca emanciparme.
Tanto te quiero! Por benigno,dulce.
Indulgente conmigo,te puedo construir.
Y hacerte perfecto,como sea puedo hacerte.
Hacerte perpetuo, inmortal, fehaciente!
Y auténtico,contigo todo es posible!
Sos mi obra deshojada en filamentos.
Mi total dicha,mi delicadeza cierta.
Usufructo todo lo tuyo,tus objetos, mios.
Les saco provecho y disfruto ver como miras.
Como se consume el fuego de mi llama.
No me dueles nunca,te puedo dibujar y pintar.
Con ceritas, lápices, lapiceras, todo sirve.
Eres mi pizarra,mi tiza, jamás un borrador.
En tu pupitre me senté y ahí estabas!
Eres el dueño del aula,siempre a la misma hora.
Cada jueves a las diez de la mañana.
Sos leal,muy fiel, y me haces dichosa.
Cuando llega la hora exacta de llegar.
Y verte dando la clase de filosofía mia.
Sabes cual me gusta y de eso hablas sin pensar en tus tiempos.
No miras los momentos que pierdes, todo lo das!
Queridísimo recuerdo de tí guardo, mi profesor.
De la cátedra a la que nunca falte.
Para sucumbir enhorabuena,cuando te veo y oigo amor mio.
Pensando en aquellos dias, bellos
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