¡SOY BOHEMIA ! ¿Y QUÉ?

Siempre me preguntan ¿que es ser Bohemio? les respondo : El Bohemio vive por vivir , se llena de angustia sin tener por qué, pero está alegre cuando otros no están.

El Bohemio vive su vida incansable de ideas ,algunas creativas y otras filosóficas, todas para hacer de su vida un paraíso. El Bohemio no teme, solo porque él vive su vida como quiere, ahora sin causarles daños a sus semejantes. Vive la vida con principios y hasta con responsibilidad pero hace lo que quiere cuando quiere. En la música encuentra pinturas, en las poesías encuentra música, y en las pinturas encuentra versos ...es así mientras que se bebe su copa y sin faltar un café en un bar escondido adonde solo se lee por la media luz y la atmósfera del tabaco. La noche es su tarima....ahi baila, canta, bebe, conversa y admira a otros como él. Se proclama el duende de la noche. Ve el mundo con otros ojos ...él ve colores en el cielo nublado, ve la melancolía en una rosa brillante en su esplendor.

Gracias a todos que entienden estas breves letras. ¡SÍIIIIIII!!!! ¡Soy una Bohemia !!! ¿y Qué?

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Año Nuevo - Poema de Rubén Darío


A las doce de la noche, por las puertas de la gloria
y al fulgor de perla y oro de una luz extraterrestre,
sale en hombros de cuatro ángeles, y en su silla gestatoria,
San Silvestre.

Más hermoso que un rey mago, lleva puesta la tiara,
de que son bellos diamantes Sirio, Arturo y Orión;
y el anillo de su diestra hecho cual si fuese para
Salomón.

Sus pies cubren los joyeles de la Osa adamantina,
y su capa raras piedras de una ilustre Visapur;
y colgada sobre el pecho resplandece la divina
Cruz del Sur.

Va el pontífice hacia Oriente; ¿va a encontrar el áureo barco
donde al brillo de la aurora viene en triunfo el rey Enero?
Ya la aljaba de Diciembre se fue toda por el arco
del Arquero.

A la orilla del abismo misterioso de lo Eterno
el inmenso Sagitario no se cansa de flechar;
le sustenta el frío Polo, lo corona el blanco Invierno
y le cubre los riñones el vellón azul del mar.

Cada flecha que dispara, cada flecha es una hora;
doce aljabas cada año para él trae el rey Enero;
en la sombra se destaca la figura vencedora
del Arquero.

Al redor de la figura del gigante se oye el vuelo
misterioso y fugitivo de las almas que se van,
y el ruido con que pasa por la bóveda del cielo
con sus alas membranosas

Rubén Darío
http://www.me.gov.ar/efeme/anionuevo/anuevo.html

La melancolía y la literatura - Por Delfina Acosta


Un alma demasiado sensible
no resiste los desgarramientos interiores.

Por Delfina Acosta

El escritor y periodista norteamericano Ernest Hemingway (1899 - 1961) se volvió alcohólico. Así cuenta la biografía. Narrador estadounidense nacido en 1899, y considerado por los expertos en crítica literaria como un escritor de notable influencia, se suicidó disparándose con una escopeta en 1961, en Ketchum.

Un alma demasiado sensible no resiste los desgarramientos interiores. Y los desgarramientos, acompañados con alcohol, son mala combinación. Hemingway se alistó como voluntario en la Primera Guerra Mundial y participó en la Guerra Civil española y en la Segunda Guerra Mundial como corresponsal.

Todavía me parece que estoy frente a la pantalla de cine, hace mucho tiempo, observando la película "¿Por quién doblan las campanas?" Ese título sugerente de su novela más conocida muestra el corazón herido por la melancolía y el cansancio del autor.

¿Qué es la melancolía?

No lo sé. Pero en el diccionario existe una respuesta concreta: Tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que no encuentre quien la padece gusto ni diversión en nada.

Gogol era un gran melancólico.

Fue un escritor ucraniano nacido en Soróchintsi el 1 de abril de 1809 y fallecido el 4 de marzo de 1852 en Moscú. Se cumplen, pues, doscientos años de su nacimiento.

En vida no encontró la fama buscada. Los biógrafos y los estudiosos dicen que era una persona de carácter difícil e inquieto.

Su vida privada estaba marcada por los compases de una economía llena de problemas y frustraciones. Tendía a alejarse de la sociedad; era hipocondriaco, mas sus escritos, llenos de esplendores de la mente, marcaron un nuevo panorama dentro de la literatura rusa.

Su estilo tiene un fuerte contenido crítico contra la sociedad. Todo es posible en el mundo literario de Nikolái Gogol, quien escribió una obra por demás original y llena de expectativas espirituales Las almas muertas (1842). Como esta novela transcurre entre los pasadizos de la ultratumba después de la muerte, y viéndose el autor cerca de ella, quemó la segunda parte de las almas muertas, si bien algunos capítulos y páginas fueron rescatados.

Ataques de melancolía

Otra obra suya es su comedia El Inspector (1836).

Los "ataques de melancolía" (a diferencia de hoy, la palabra "melancolía" remitía, en el siglo XVII, a un estado patológico cercano a la locura) suelen darse en las personas de extrema sensibilidad, causando en el organismo estragos.

Rubén Darío, el poeta nicaragüense que admiraba al escritor y poeta Edgar Allan Poe, escribió los versos finales de su poema emblemático diciendo: "¿No oyes caer las gotas de mi melancolía?".

Rubén Darío pasaba períodos -cada vez más- extensos bebiendo alcohol. Era su destino el alcoholismo.

Inteligente, el artista generalmente reconoce que una forma de hacer terapia es escribir, si bien no puede manejar su impulso creativo que toma rumbos independientes de su enfermedad.

¿Qué enfermedad?

Neurastenia, histeria, trastorno bipolar, manía, paranoia, monomanía, etc.

Uno de los casos más emblemáticos de escritores torturados es quizás la novelista inglesa Virginia Woolf. En vida no fue reconocida como una gran escritora, salvo por algunos amigos y escritores que conformaban su círculo literario. Eso dicho sea de paso.

Pero vamos al centro de su angustia. Se sentía perseguida; temores permanentes la asaltaban; temores a los bombardeos y a los asedios que cercaban la existencia de los ingleses. A pesar de aquella circunstancia que debilitaba su organismo seguía escribiendo.

Los críticos de su tiempo sabían de sus temores y aguardaban que alguna vez se le acabaría la paciencia, o el arte de conjugar sus temores con sus fantasías literarias se hiciera añicos. "No puedo más", le decía a su esposo.

La autora de Orlando y La señora Dalloway se metió en el río Hudson. Su cuerpo fue recuperado de las aguas tres días después.

Edgar Allan Poe, alma sensible, demasiado sensible, recurría al alcohol y a la morfina para superar los desgarramientos que le producía su acentuada enfermedad mental. Esa misma mente alucinada habría de dar forma a uno de los poemas más bellos que la literatura de nuestros tiempos conoce: "El cuervo".

Sylvia Plath, que según su esposo gozaba de poderes extraordinarios para comunicarse con seres de otras dimensiones, fue una de las poetisas que mayor influencia ejerció en las generaciones de poetas norteamericanos.

Nació en Boston el 27 de octubre de 1932. Puede decirse que era un prodigio literario, pues siendo todavía niña publicó su primer poema. Sus versos expresan, muchas veces, una psicopatología literaria.

Poetas modernistas - por Delfina Acosta


Los poetas modernistas son, según mi parecer, lo más granado y hermoso de la poesía. Se considera la década de 1880 la del surgimiento del movimiento modernista. Algunos críticos sitúan su aparición con el aparecimiento del libro Ismaelillo del gran poeta cubano José Martí.
(Nota en ABC Color de Asunción, Paraguay)
Otros críticos consideran que la aparición del modernismo corresponde al año de la publicación del célebre libro de poesías Azul (1882), de Rubén Darío.
¿No es acaso su lenguaje lleno de ornamentos, su versificación sonora, su ritmo alado, su despliegue, un verdadero canto a la belleza?
También el poeta argentino Leopoldo Lugones escribió obras de carácter modernista. Puede decirse que fue el iniciador del modernismo en Argentina. O, al menos, el principal representante.
Delmira Agustini, poetisa uruguaya, quien llegó a mantener alguna correspondencia epistolar con Rubén Darío, es la voz por excelencia del modernismo. Sus poesías tienen la forma y la luz interior de las mejores inspiraciones. Extremadamente sensible, su obra toda es el reflejo de sus sentimientos tocados por la angustia y el esplendor de la existencia.
¿Qué ofrece el modernismo?
Pues calidad, estructura, sonoridad, términos sofisticados, aleteos de grandeza y perennidad. Emerge en un período marcado por un acelerado cambio cultural conocido como fin de siglo. Muchos poetas modernistas no sólo añoraban la cultura francesa, sino que se nuclearon en París. Se los acusaba de vivir, de suspirar encerrados en su torre de marfil y de tomar poca o ninguna conciencia de las necesidades sociales.
Hasta ahora seguimos leyendo a José Martí, a José Asunción Silva, a Amado Nervo, a Julio Herrera y Reissig, a Julián del Casal, a Manuel Gutiérrez Nájera.
Hasta la fecha, sus obras inquietan; hasta ahora se siente la belleza que late en el interior y en la forma de una poesía exótica, firmada, por ejemplo, por la gran Delmira Agustini, genio femenino.
LA ESTATUA

Miradla, así, sobre el follaje oscuro
Recortar la silueta soberana...
¿No parece el retoño prematuro
De una gran raza que será mañana?
¡Así una raza inconmovible, sana,
Tallada a golpes sobre mármol duro,
De las vastas campañas del futuro
Desalojará a la familia humana!
Miradla así —¡de hinojos!— en augusta
Calma imponer la desnudez que asusta...
¡Dios !...¡moved ese cuerpo, dadle un alma!
Ved la grandeza que en su forma duerme...
¡Vedlo allá arriba, miserable, inerme,
Más pobre que un gusano, siempre en calma!
DELMIRA AGUSTINI

UN POEMA DE DYLAN THOMAS

Donde una vez las aguas de tu rostro...

Donde una vez las aguas de tu rostro
giraron impulsadas por mis hélices,
sopla tu áspero fantasma,
los muertos alzan la mirada;
donde un día asomaron el pelo los tritones
a través de tu hielo, el viento áspero navega
por la sal, la raíz, las huevas de los peces.
Donde una vez tus verdes nudos hundieron su atadura
en el cordón de la marea, allí camina ahora
el vegetal destejedor,
con tijeras filosas, empuñando el cuchillo
para cortar los canales en su origen
y derribar los frutos empapados.
Invisibles, tus mareas medidoras del tiempo
irrumpen en las camas galantes de las algas;
el alga del amor se vuelve mustia;
allí en torno a tus piedras
sombras de niños van, que desde su vacío
lloran ante el mar colmado de delfines.
Secos como la tumba, tus coloreados párpados
no serán aherrojados mientras la magia se deslice
sabia sobre el cielo y la tierra;
habrá corales en tus lechos,
habrá serpientes en tus mareas,
hasta que mueran todos nuestros juramentos del mar.

Versión de Elizabeth Azcona Cranwell