metiéndose en mis ojos y caía
igual a alguna herida la llovizna,
la que muy lejos cae, en mis pestañas.
con voz de viento y hierba las historias
de otras muertes mías. Los espectros
de rosas insepultas consultaban
en torno a mis insomnios. No sabían
que yo busqué el secreto del espanto
y Dios en su belleza noche a noche.
respuesta a mis preguntas dolorosas.
de la fangosa tierra de mis dudas!
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