KAFKA Y LAS TRIBUS DEL ARCO IRIS., de Alexander Jesus Rozo

Cuando tenía dieciocho años aventuré la primera de las incursiones en la obra de Kafka. La intención era lograr un ensayo de colegio. La opresión de esas páginas me venció y al cabo mi texto quedó atrapado en las primeras páginas. Mi interpretación era que la fábula, muy larga para mis hábitos escolares, era sobre la discriminación. No hay que ser psicoanalista para sacar esa conclusión entre muchas otras que le son posibles a todo clásico. La interpretación de Borges es aguda: la sombra del padre, la tuberculosis, y el influjo de la guerra atraviesan la escritura de Kafka, al lado de sus obsesiones temáticas: la subordinación y el infinito. Según afirma en esa rústica edición de LA METARMOFOSIS que tradujera y prologara en 1967, uno de los mejores lectores de esa obra salvada del fuego a voluntad, por interpósita persona de Max Brood.

Otras interpretaciones, que como bien recalca Borges, no alteran el goce posible de la lectura, ven inclusive cierta vocación profética en EL CASTILLO y EL PROCESO, como si Kafka hubiera advertido la sombra aún mas siniestra del nazismo, y en sus personajes la infinita postergación de algo. Un hecho propio de la tradición judía que al tiempo que se convierte en la victima insólita de la razón histórica, ve cada vez mas lejana la tierra prometida y la tranquilidad. En cambio el infierno tiene lugar en estos libros de Kafka, tiene tiempo y atmósfera, y un registro interior que va atrapando al lector cuando se asoma.

La culpa, el castigo, el juicio aun del inocente, la marginalidad, la obsesión por el trabajo, el desamparo mas brutal ante las fuerzas inexplicables que nos rebasan, la soledad y la incomunicación son también temas de LA METARMOFOSIS, uno de los relatos mas intensos de la literatura universal. Quien no conozca a Gregorio Samsa y se ponga en su lugar, no entenderá nada, parece haber dejado dicho el escritor checo. Lo noté mientras vivía con aquel insecto, y en su piel, la enigmática transformación que lleva a un hombre de negocios a convertirse en algo que no es "humano", aunque mantenga su conciencia, y deba convivir con la aún mas inquietante metamorfosis de quienes le rodean al descubrir un día su condición, y sin embargo a pesar de arrastrarse, adaptarse incómodamente, y sobrevivir, mantenerse aferrado al amor por la vida, el reposo de los sueños y el encanto irresistible del arte. Tal es Gregorio Samsa, el insecto. El ser repulsivo que no deja de perturbarnos como signo de lo extraño.

Y allí en ese relato plano, pavoroso, singular y conmovedor de esa vida, es posible intentar interpretaciones menos eruditas que particulares, porque el verdadero poder de la literatura es menos profético, (para eso están los libros de Nostradamus o el Apocalipsis de Juan), que cotidianos, menos lecturas en clave simbólica, (aunque me obsesione aquella manzana incrustada en la espalda de Gregorio Samsa lanzada por su padre, y que a la postre se pudre allí). ¿Alguien recuerda o ha escuchado hablar de un libro que empieza con la historia de una manzana?. Pues bien, lo que quiero decir es que leí por fin completo un libro de Kafka, y la interpretación de este ensayo, es en clave de la vida real, bajo la misma licencia que le permite a Kafka partir de un hecho fantástico, extraño a todas lúces e intempestivo

LA METAMORFOSIS es uná historia durísima. Yo lo pondría en la bibioteca al lado de semejantes como DESGRACIA de Coetzee, EL EXTRANJERO de Camus, o LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE de Cela. En estos libros la felicidad parece imposible y el extrañamiento ante lo que rodea a los personajes refrenda ese amargo sabor. Algún evento perturbador los saca drásticamente de lo cotidiano y sus seguridades, de su concepción, pobre o rica del mundo, y los sacude definitívamente, sin retorno. Lo que no excluye un eventual atisbo de redención o acaso la sumisión, no sin resistencia, al destino manifiesto que les va.

Creo que LA METAMORFOSIS si se puede leercomo un relato sobre la discriminación; no solo aquella inevitable, que sucede a los ancianos cuando ya no son "útiles" o "productivos", o aquella que lleva a mirar a todo lo extraño como un ser peligroso por no parecerse a nosotros, hablar el mismo idioma, ni tener los mismos hábitos o creencias. No solo aquella que se refleja en el ostracismo compasivo al que sometemos al enfermo, cuando no al olvido. No solo aquella que se nota en asuntos de sexo, raza y clase. Ni esa mas sutil y contemporánea que entraña las nociones de la belleza socialmente aceptada. Todas ellas se me dirá, las va corrigiendo o matizando la correción política hasta llevarlas a la discriminación positiva, que como una culpa de tipo social opera en el terreno de si misma.

Imaginen por un momento si en vez de "una mañana, tras un sueño intranquilo, encontróse en su cama convertido en monstruoso insecto", LA METAMORFOSIS empezara asi: "una mañana tras una noche de copas y gran felicidad encontróse convertido en un despreciable homosexual". Supongo que no cambiaría mucho la cadena de reacciones de la familia de Gregorio, que va de la sorpresa al abandono, pasando por el pavor, la verguenza y la costumbre no sin el maltrato. Si, ya se que mi interpretación es pobre y atrevida como la empleada de aquella casa de los Samsa. Lo que no quiere decir que esté equivocada o sea tan absurda, es decir tan kafkiana. Y es que leyendo a Kafka, le queda a uno la impresión de que lo previene no tanto de lo raro, lo absurdo y lo intempestivo, como de esa callada y sospechosa normalidad que algunos adjudican a lo cotidiano, y que es en el fondo una infinita mentira.

Gracias  Alex por tu  regalo en Face, ahora.."ROBADO " y como era mio.. aquí está !! . Un beso