¡SOY BOHEMIA ! ¿Y QUÉ?

Siempre me preguntan ¿que es ser Bohemio? les respondo : El Bohemio vive por vivir , se llena de angustia sin tener por qué, pero está alegre cuando otros no están.

El Bohemio vive su vida incansable de ideas ,algunas creativas y otras filosóficas, todas para hacer de su vida un paraíso. El Bohemio no teme, solo porque él vive su vida como quiere, ahora sin causarles daños a sus semejantes. Vive la vida con principios y hasta con responsibilidad pero hace lo que quiere cuando quiere. En la música encuentra pinturas, en las poesías encuentra música, y en las pinturas encuentra versos ...es así mientras que se bebe su copa y sin faltar un café en un bar escondido adonde solo se lee por la media luz y la atmósfera del tabaco. La noche es su tarima....ahi baila, canta, bebe, conversa y admira a otros como él. Se proclama el duende de la noche. Ve el mundo con otros ojos ...él ve colores en el cielo nublado, ve la melancolía en una rosa brillante en su esplendor.

Gracias a todos que entienden estas breves letras. ¡SÍIIIIIII!!!! ¡Soy una Bohemia !!! ¿y Qué?

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La divina comida


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No es nada posmoderna la relación entre el arte y la alimentación: las primeras obras pictóricas eran la comida que nuestros ancestros estaban a punto de salir a cazar o que ya habían devorado (La pintura de la relación geográfica de Metztitlan).

Sobre los muros de cuevas antiquísimas, estilizados animales nos cuentan la historia (
Historia de la pintura).

Y la historia de la pintura en sí rebosa de mesas preparadas para la fiesta tanto como de “naturalezas muertas” y de sobras del festín (
Historia de la caricatura); hay rostros que impresionan hechos por Arcimboldo, alguien a quien considero un surrealista del siglo XVI, rostros compuestos por frutas y verduras que mutan en facciones humanas (Dadá y el surrealismo).

Más allá de las delicias preparadas por Leonardo da Vinci -nadie ignora que fue cocinero además, inventor de recetas de cocina y organizador de fiestas- ¿quiénes habrán sido los privilegiados que saborearon y destruyeron al comérselas sus pequeñas esculturas de mazapán?, y, esté donde esté esa gente, ¿no sentirá algo de culpa?- existen otros artistas y escritores que se ocuparon del arte cocineril
(La breve sonrisa de Leonardo).

Marcel Proust (
La metaforización de la filosofía) sirvió mesas espléndidas (digamos que las describió) en su En busca del tiempo perdido; tengo entre mis personajes más amados a su arisca cocinera Francisca, y he llegado a tratar de imitar su “Arroz a la emperatriz” y otras delicias y dulces.

¿Y el pan?… (
La oración del “Padre Nuestro”). Es Dalí (Salvador Dalí) quien en el siglo XX lo honra, considerándolo emblema hecho de harina, fuego y agua, y lo usa en sus cuadros junto a otros alimentos, como Construcción blanda con judías hervidas. Premonición de la guerra civil.

Otro cuadro de Dalí es de nombre enigmático: Canibalismo de otoño, y otro me hace sonreír: Huevo al plato sin el plato, y repetir lo que en alguna ocasión dijo: “El paraíso intrauterino tenía el color del infierno, es decir, rojo, anaranjado, amarillo y azulado, el color de las llamas, del fuego…”.

(La cita anterior me hace acordar que, por si acaso, debo contarles que el título de esta notícula tiene un significado literal y otro que alude a La divina comedia de Dante; después de todo el arte es alimento que previamente se amasa y se cocina.)
Los Caballeros de la Cuchara de Palo

Creada por un grupo de vecinos de la localidad jienense de Guarromán, España, la Muy Ilustre y Noble Orden de los Caballeros de la Cuchara de Palo, fundada en 1980, se propone recuperar sus viejas tradiciones culinarias, pero además “conservar, promover, divulgar y promocionar el mundo del olivo jienense y la gastronomía de esta tierra andaluza”.
La Cuchara de Palo tiene entre sus miembros, para dar un ejemplo de celebridades, a Felipe de Borbón, el juez Baltasar Garzón, el torero Enrique Ponce… y estuvo por allí el premio Nobel Camilo José Cela, antes de dejar esta tierra.

(Continue leyendo este artículo y deje su opinión en nuestro
Blog: "La divina comida").

Por Mora Torres

1 comentario:

gallego madrileño dijo...

¿Hacen unas gachas, Don Camilo? ¡Hacen!
¿Una caldereta, Don Camilo? ¡Venga!