¡SOY BOHEMIA ! ¿Y QUÉ?

Siempre me preguntan ¿que es ser Bohemio? les respondo : El Bohemio vive por vivir , se llena de angustia sin tener por qué, pero está alegre cuando otros no están.

El Bohemio vive su vida incansable de ideas ,algunas creativas y otras filosóficas, todas para hacer de su vida un paraíso. El Bohemio no teme, solo porque él vive su vida como quiere, ahora sin causarles daños a sus semejantes. Vive la vida con principios y hasta con responsibilidad pero hace lo que quiere cuando quiere. En la música encuentra pinturas, en las poesías encuentra música, y en las pinturas encuentra versos ...es así mientras que se bebe su copa y sin faltar un café en un bar escondido adonde solo se lee por la media luz y la atmósfera del tabaco. La noche es su tarima....ahi baila, canta, bebe, conversa y admira a otros como él. Se proclama el duende de la noche. Ve el mundo con otros ojos ...él ve colores en el cielo nublado, ve la melancolía en una rosa brillante en su esplendor.

Gracias a todos que entienden estas breves letras. ¡SÍIIIIIII!!!! ¡Soy una Bohemia !!! ¿y Qué?

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¿Por qué te detienes en mi tumba? - Stella Maris Taboro

¿Por qué te detienes en mi tumba?
¿Por qué sollozas? ¡No estoy aquí!
Búscame en el aire que cortan los pájaros.
Me verás en la primera luz del amanecer
reflejado en el jardín que tanto amé,
en alguna libélula aleteando en tu ventana,
en la brisa sorpresiva que te hace parpadear,
en el aire que te envuelve y que respiras,
en la estrella primera que en lo alto, brilla.

No te detengas aquí, mi tumba está vacía.
No descanso aquí.

Stella Maris Taboro
"Es sabio quien encuentra en su semejante
la razón de compartir las diferencias"

Fragmento de "El lugar" de Mario Levrero


En la oscuridad total, mis ojos buscaron una referencia y se volvieron a cerrar, sin haber encontrado las rayas horizontales, paralelas, que habitualmente dibujaba la luz eléctrica de la calle, o el sol, al filtrarse por entre las tablillas de la persiana. No me podía despertar; y aunque no recuerdo ninguna imagen, ningún sueño, pienso en mí mismo, ahora, como en un ser que vagaba sin rumbo, con los brazos colgando flojos, sepultado en el fondo de una materia densa y oscura, sin ansiedad, sin identidad, sin pensamientos.
Mucho más tarde, la orden de despertar; y el ser comenzaba a moverse con un asomo de inquietud, como si buscara una salida que no conocía o que no recordaba.
La orden se hacía más apremiante, y con ella la comprensión de la necesidad imperiosa de salir; y hallaba el camino, hacia arriba, hacia una anhelada superficie. La materia tenía varias capas, que se hacían menos densas a medida que ascendía, y la velocidad de mi ascenso se aceleraba progresivamente. Me proyectaba en forma oblicua hacia la superficie; y, por fin, como un nadador que saca la cabeza fuera del agua y respira una ansiosa bocanada de aire, desperté con un profundo suspiro.
Fue entonces cuando mis ojos se abrieron y, desconcertados, volvieron a cerrarse. Mi sueño se hizo luego más liviano, hasta que volví a despertar, con una lucidez mayor.
Advertí varias cosas: que hacía frío, que ese lugar no era mi dormitorio, que estaba acostado sobre un piso de madera sin colchón ni cobijas, en una oscuridad total; y que tenía puesta la ropa de calle.
La lucha contra la pereza fue en esta ocasión necesariamente más breve que de costumbre; la incomodidad del piso desnudo no lo permitía. Me incorporé, gruñendo malhumorado, y mi queja fue acompañada por crujidos de las articulaciones. Me froté brazos y piernas y tosí; los bronquios silbaban al respirar el aire húmedo, y me dolía la garganta.
Mientras buscaba a tientas algún elemento conocido, se me plantearon las preguntas de rigor: dónde estaba, cómo había llegado allí. En realidad esta segunda pregunta tardó un poco más en formularse; aún no había aceptado el hecho de hallarme en un lugar no previsto, y forzaba la memoria, buscando entre las últimas imágenes de mi vigilia, con la certeza de que pronto todo habría de ajustarse con una explicación sencilla: la borrachera en una fiesta, la tormenta que me había sorprendido, en una casa ajena, la aventura inusual que me había llevado a dormir fuera de casa. Alguna vez, aunque no con frecuencia, me había sucedido despertar sin comprender dónde me hallaba; pero era suficiente reconocer la moldura del respaldo de la cama, o el color de una cortina, para hacerme enseguida una composición de lugar, para despertar súbitamente toda la memoria última. En este caso no había-ningún elemento desencadenante, y la misma carencia de elementos no tenía para mí ninguna significación.
Mi memoria se había detenido, empecinada, en un hecho trivial; y se negaba a ir más allá: una tarde soleada, otoñal, y yo que cruzaba la calle en dirección a una parada de ómnibus; había comprado cigarrillos en un kiosco, y daba algunas pitadas al último de un paquete que acababa de tirar a la calle hecho una bola; llegaba a la esquina y me recostaba contra una pared gris. Había otras personas, dos o tres, esperando también el ómnibus. Pensaba que esa noche Ana y yo iríamos al cine. En este punto se detenían los recuerdos.
Mis manos encontraron ahora una pared, y pegado a ella comencé a recorrer lentamente la habitación buscando una ventana o una llave de luz. Era una pared áspera, pintada quizá a la cal.
Llegué a un rincón sin haber hallado nada; seguí mi búsqueda a lo largo de la nueva pared, y luego de cierto trecho mis dedos reconocieron el marco de madera de una puerta, luego la puerta misma, y finalmente su picaporte.
No intenté abrir de inmediato; me tranquilizó saber que había una salida, pero se me creó la inquietud de no saber si era procedente que yo la utilizara; pensaba en gente durmiendo, o en alguna actividad que mi presencia pudiera molestar; o que, por algún motivo, no me conviniera ser visto allí: apelé de nuevo a la memoria, pero no obtuve el menor indicio de dónde estaba, ni de por qué estaba allí. Me sentí al borde de un ataque de nerviosa Traté de controlarme. Tal vez podría haber resistido un tiempo más, permitiéndome seguir rebuscando en la memoria; pero tenía necesidades físicas urgentes: hambre, frío, ganas de orinar, y mis huesos necesitaban reposar sobre algo blando. También tenía ganas de fumar, y el paquete, presumiblemente el mismo comprado en el kiosco, estaba intacto en el bolsillo del saco; lo abrí y saqué un cigarrillo que llevé a los labios, pero luego me fue imposible encontrar el encendedor. Bruscamente tomé el picaporte y lo hice girar; en primer término empujé la hoja de la puerta hacia afuera, luego tiré de ella hacia mí, pero en ninguno de los casos obtuve resultados.
Acerqué un ojo a la cerradura; no logré ver nada. Comencé a sentir un miedo muy intenso. Probé nuevamente el picaporte, sacudí la puerta. La golpeé con los puños y con los pies; no sucedió nada.
Escuché cómo, fuera de mi voluntad, un sonido quejoso escapaba de mi garganta. Con los puños y la mandíbula apretados, y un temblor que me recorría el cuerpo, proseguí entonces mi recorrido, adosado a la pared, arrastrando los pies, extendiendo los brazos.
Llegué a otro rincón y la nueva pared se presentó al tacto de mis dedos tan desnuda como el resto conocido de la pieza.
Mi memoria seguía trabajando por su cuenta; me presentó más detalles de su último registro; la cara del hombre del kiosco, sus bigotes caídos, su mirada azul aguachenta; un árbol próximo a la esquina, con brillos dorados en las hojas secas, y la hoja que caía, recién desprendida de la rama, mientras yo cruzaba la calle; el número exacto de, las personas que esperaban el ómnibus en la parada: eran tres, dos mujeres (una con tapado marrón, la otra con saco rojo, ambas de espaldas) y un hombre pequeño, recostado contra el árbol, un pie apoyado en el suelo y el otro en el árbol.
Llegué a un nuevo rincón de la pieza y muy cerca de él, al parecer enfrente de la otra, hallé una nueva puerta. Las manos me temblaban al hacer girar el pomo: empujé la hoja y esta vez sí, la puerta se abrió.
Me encontré ante una nueva oscuridad.

13:44 | Etiquetas: mario levrero el lugar |
El lugar (fragmento de novela), por: Mario Levrero
http://margadulce.blogspot.com/2010/11/fragmento-de-el-lugar-de-mario-levrero.html

Télam presenta su Suplemento Literario


El próximo lunes 5 de diciembre, la Agencia de Noticias Télam hará la presentación formal de su nuevo Suplemento Literario. El acto tendrá lugar en La Casa de la Defensa, ubicada en Defensa 372, a las 13 horas, y estará encabezado por el Presidente de la Agencia, Martín García y el director del mencionado suplemento, el Licenciado Carlos Aletto.
Este nuevo espacio, que ya está en funcionamiento en su versión digital (slt.telam.com.ar/) y que saldrá también en papel, cuenta con los trabajos —además de los producidos por la sección de Cultura a cargo de Mora Cordeau— de prestigiosos escritores y columnistas, entre ellos: Vicente Battista, Claudia Piñeiro, Juan Martini, Guillermo Saccomano, Mario Goloboff, Leonardo Huebe.
Una de las características de este suplemento dedicado a nuestras letras es sumar voces jóvenes a la de los escritores ya consagrados. Por este motivo SLT se diferencia de otros suplementos culturales que tienen la única intención de ser un espacio publicitario de algunas grandes editoriales alineadas con medios hegemónicos nacionales y extranjeros. SLT entiende la literatura como un espacio de expresión que no debe ser silenciado por cuestiones comerciales o ideológicas.
En estas primeras apariciones en la web cobra un lugar de importancia el género cuento. Un trabajo de Juan Martini ahonda este recorte señalando que el cuento es un género que superará a la novela. Este trabajo se suma a la página que reúne relatos clásicos, rioplatenses y nuevos cuentos.telam.com.ar/.
El suplemento también cuenta con una sección para cada género literario, entrevistas a autores, noticias literarias, reseñas y relecturas de clásicos.
Aquellos que quieran participar con trabajos pueden hacerlo a través del correo electrónico del suplementoslt@telam.com.ar.
http://www.telam.com.ar/nota/9033/

Cómo escribir una novela - por Mora Torres

Ahora enseguida les enseño, apronten lápices para tomar nota (La novela). Dejo que me citen en cualquier lugar (Citas y Frases por personajes conocidos de la historia); ya pronto, en pocos minutos, sabrán escribir una novela.

Lo difícil no es ni siquiera que haya que tener talento (El talento). Yo hablo de, aunque sea, escribir una malanovela. Lo importante es que diga algo chiquito en muchas, muchas páginas (Administración en una página). De que un concepto mínimo pueda estirarse hasta casi, casi, ser un sistema, una teleología -acabo de aprender que télos es traducible por objetivo, meta, sistema.

Y yo puedo enseñarles, de eso no me cabe duda (Diario trágico de una joven maestra). He escrito tantas cosas... tilingas... que han ocupado dentro de todo mucho espacio (El espacio-tiempo se curva en torno al observador). Fíjense. Lo que hago es mezclar la vida cotidiana y mis reflexiones de entrecasa con un ponerme seria como un filósofo y delirar, delirar profanaciones (Cátaros).

Es cuestión de atreverse. Otros se atreven a ganar dinero vendiendo útiles... innecesarios. Yo a tanto no me atrevería jamás. Y tampoco atraparía a nadie. No soy vendedora de objetos y cosas lindas, vendo, módicamente, palabras.

Me atrevo a hablar de la teoría de la relatividad, de los quantos y de los quepos; imagínense si no voy a atreverme a dar cátedra sobre juntar los cadáveres de muchas frases con cierta organización, y un mínimo de imaginación, para por lo menos sorprender. Una vez sorprendido, el lector sigue leyendo; una vez que sigue leyendo, y sigue las "ideas", estas ideas son tan "imaginativas" que no muchos se atreven a refutarlas; no es una mala novela en todo caso, es apenas una novela incomprensible que cuenta algunos sabrosos chismes además, uno puede leer sólo la parte de lo cotidiano -la otra parte no existe; es una partitura pero que ningún músico adiestrado descifraría, es una partitura que sólo yo -el propio autor- descifro. Y además otros se hacen los que descifran, como me hago la que descifra a Joyce cuando no sé siquiera inglés, cómo podría...

(Continúe leyendo Cómo escribir una novela... y deje su opinión en nuestro Blog Editorial)
Por Mora Torres

Un truco visual para intentar confundirte - enviado por Videopuerto.com


¿De qué color es el cuadrado?: 

Pinturas de Oscar César Mara en el MACLA

En las obras de Oscar César Mara coinciden la intención figurativa, alternándose con expresiones hiperrealistas y un marcado abstraccionismo lírico reflejado en sus óleos y acrílicos.

“La obra de Mara”, explica Marta Traba “tiene un propósito cargado emocionalmente, intenso, y mezclado, por partes iguales, de nostalgia y dolor casi insoportable…Por lo general semejante carga emotiva se trasmite mediante una correspondiente hipérbole formal: sin embargo lo sorprendente de la obra de Mara es que el discurso se resiste a caer en los dramas visibles, y con pudor manifiesto va velando tales cargas emotivas manejándose con medias palabras(en realidad con medias imágenes) signos indirectos, renuncias, gestos vacíos, gestos entrecortados.”

Oscar César Mara nace en la ciudad de Buenos Aires, en el año 1936. En 1949, ingresa a la Escuela Nacional de Bellas Artes. Descubre la pintura de Battle Planas a quién conocerá más tarde, y con quién realizará la puesta en escena de máscaras, vestuario y escenografía de dos piezas del dramaturgo belga Michel de Ghelderode en el nuevo Teatro Bonorino.

En 1975, viaja a España donde se radica en Madrid. Allí comienza una serie de dibujos sobre la violencia, en conjunto con Julio Cortázar, quien realiza el texto “Después hay que llegar”. En 1980 regresa a Buenos Aires, pero continúa viajando a Madrid, París, Berlín, y New York. Realizó muestras individuales en las principales Galerías de Buenos Aires y de Puerto Rico, Brasil, España, Francia, México, Holanda, EEUU, entre otros países.

Enviado por Juanito Ramírez Gronda

Miriam Bloise obtiene el prestigioso Premio Carlos Gardel


La cantante argentina Miriam Bloise es la dueña del Premio Carlos Gardel a la Música en la categoría«Mejor Álbum de Música Religiosa», otorgado por la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC) por medio de la Cámara Argentina de Productores de Infogramas, Fonogramas (CAPIF).
“Este reconocimiento es un mimo del Señor para mi vida. No buscaba algo así, pero a la vez es algo que me hace bien y me ayuda a pensar que podemos influir en toda la sociedad que está en busca de una Respuesta de Amor” aseguró Miriam al conocer la noticia.
Los Premios Gardel se celebran desde el 2002 y desde el 2008 incluyen una categoría para la música sacra, antes denominada “Mejor Álbum a la música cristiana”, hoy llamada “Mejor Álbum a la música religiosa”. Galardón que anteriormente ganaron entre otros Rescate (2008) y el Córdoba Gospel Singers (2010). Desde su nacimiento, hace más de 51 años, la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas representa y promueve el desarrollo de la industria discográfica argentina. Los Premios Gardel son la única distinción que destaca y alienta a los músicos y artistas argentinos entregada por quienes son parte de la industria de la música.
Respuesta de Amor es un álbum producido por Eduardo Durney, y grabado entre Buenos Aires, Argentina y El Paso, TX, Estados Unidos. Distribuido por Canzion Argentina.
Más información:

info@miriambloise.com

www.myspace.com/miriambloise


www.facebook.com/miriam.bloise.oficial

Ahora puede comprar el disco digitalmente.