Dormir para siempre
Abandonar el barco y saltar al vacío
No hay palabras dulces que resuenen cerca
No hay frases armadas que traigan consuelo
Ni caricias de otros que llenen mis ansias
Solo hay murmullos, gritos y gemidos
Fantasmas terribles, historias de espanto
Sombras que se alargan en la pared de enfrente
Y asustan a la niña que todavía siento
Es cuando parece que no aprendí nada
Y me aturden voces que brotan de otros tiempos
Confundo el presente con un pasado oscuro
Y la angustia anuda en mi garganta el llanto
En estos momentos quiero ser pequeña
Y tener una madre que entre en mi cuarto
Me arrope y me cante cosas al oído
Y diga que todo fue un sueño pesado
Me bese, me alce dulce entre sus brazos
Y me mire con ojos de te quiero tanto.
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