COLOMBIA Y LA VIDA (Diario de Viaje)
1) Colombia y la muerte.
Tráfico de drogas, sicariato, violencia brutal... Recientemente una filmografía que incluye títulos, como “La Virgen de los Sicarios”, “Rosario Tijeras” o “El Rey” nos presenta Colombia como un frente de guerra siempre encendido en el que participan (como víctimas o victimarios), todos los ciudadanos. Ensayos, trabajos periodísticos refuerzan la idea de la destrucción paseándose día tras día por las desoladas calles del país: todas estas expresiones podrían agruparse bajo el título de Colombia y la muerte.
Un viaje a las principales ciudades (Bogotá, Cali, Medellín, Cúcuta...); la consulta a sectores del pueblo, a funcionarios, a empresarios, buhoneros… revela que en medio de las contradicciones que afectan a la sociedad, la mayoría de sus habitantes practica la paz en todas sus formas. Este conocimiento directo nos lleva a hablar de Colombia y la Vida. Cabe preguntarse: ¿qué pasó en las últimas décadas en la sociedad colombiana para que genere esa imagen de violencia desenfrenada?
En una de las principales calles de Bogotá, un hombre con ropa de payaso, exhibe las gracias de una perrita vestida con chaleco y gorro. El adiestrador brinda órdenes a su mascota, y de pronto pregunta: ¿ Cómo mataron a Pablo Escobar?. Con una de sus patas, el animal arroja su gorro al suelo y patalea furiosamente mostrando su vientre , mientras el payaso le dispara con su dedo. La gente ríe y celebra: esta muerte emblemática, parodiada en las calles, forma parte de la memoria colectiva del pueblo.
Se recordará que Pablo Escobar fue un personaje omnipotente en relación a la droga. Su muerte (o “presunta muerte” dice aún el pueblo), desató en todo el país una ola imparable de asesinatos. Sin embargo, y la historia lo demuestra repetidamente, el ser humano está hecho para la paz y con el paso del tiempo el pueblo volvió por las vías normales de amar y crear.
Con sus miserias y sus grandezas, los habitantes del país trabajan, aman y sueñan en ciudades pujantes, alejadas de los emporios de la muerte que insiste en imponernos cierta tendencia político-cultural.
Tampoco estamos hablando de un paraíso: se trata de una sociedad estratificada según un criterio urbanístico, donde hay sectores sumergidos, como puede ocurrir en Buenos Aires o Caracas.
¿Quizá una nueva Colombia? Entre los significados del Ave Fénix renaciendo de sus cenizas, están los pueblos capaces de regenerar sus heridas. Pasando por encima de las épocas oscuras, los crímenes individuales y la sombra del genocidio, los colombianos han demostrado una colosal capacidad de resurrección.
Por eso, en este diario de viaje, afirmamos y elegimos la contundencia de Colombia y la vida .
GOCHO VERSOLARI
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