¡SOY BOHEMIA ! ¿Y QUÉ?

Siempre me preguntan ¿que es ser Bohemio? les respondo : El Bohemio vive por vivir , se llena de angustia sin tener por qué, pero está alegre cuando otros no están.

El Bohemio vive su vida incansable de ideas ,algunas creativas y otras filosóficas, todas para hacer de su vida un paraíso. El Bohemio no teme, solo porque él vive su vida como quiere, ahora sin causarles daños a sus semejantes. Vive la vida con principios y hasta con responsibilidad pero hace lo que quiere cuando quiere. En la música encuentra pinturas, en las poesías encuentra música, y en las pinturas encuentra versos ...es así mientras que se bebe su copa y sin faltar un café en un bar escondido adonde solo se lee por la media luz y la atmósfera del tabaco. La noche es su tarima....ahi baila, canta, bebe, conversa y admira a otros como él. Se proclama el duende de la noche. Ve el mundo con otros ojos ...él ve colores en el cielo nublado, ve la melancolía en una rosa brillante en su esplendor.

Gracias a todos que entienden estas breves letras. ¡SÍIIIIIII!!!! ¡Soy una Bohemia !!! ¿y Qué?

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Amelia Peláez. Pintora cubana. Biografía.

Amelia Peláez: espirituana y universal.

De la casa paterna en Yaguajay espirituano, donde transcurrió toda su adolescencia, conservó
Amelia el purismo de los colores, la reverberación insolente de la luz del trópico, el cromatismo de la intemperie; después habría de domeñar el talento, poner bridas a la exuberancia desmedida del barroquismo criollo, civilizar aquella fiebre retiniana que signaría para siempre su paleta.

La academia le brindó un impás de cordura a la sombra de Romañach, pero Europa la esperó segura de sus presagios; ella misma supo siempre lo que quería, hizo siempre lo que pensó y entonces vinieron los des-encuentros con la Escuela de París, con la geometría del espacio cubista, que caló hondo en su poética de principiante y trascendió toda su obra de madurez.

Regresó con la vehemencia de quien está listo para la simbiosis en un mundo de significaciones múltiples: la maestría de gran disciplina europea domeñando el sensualismo desbordado del trópico, la luz espejeante, las vivencias de su raíz provinciana, de su medio insular.

Reconstruyó entonces, como se resuelve un problema geométrico, todos los motivos que le ofreció el entorno: frutas, flores, arquitectura, ornamentos, y los ciñó mediante una línea, gruesa, negra y poderosa. Así, se hizo paso hacia la posteridad inaugurando lo cubano en la
pintura, abriendo las puertas de lo moderno desde su paleta abigarrada y criolla.

Quienes han querido ver en su obra epígonos baldíos del decorativismo olvidan la complacencia que un público ganado por la redundancia le impuso, ven en la línea sensual del barroco, en la riqueza ornamental y el purismo de los colores un signo equívoco de ese primer encuentro con lo cubano, olvidan cómo "lo cotidiano pierde su carácter accidental, efímero, para erigirse en monumento autóctono. Así se restablece en ocasiones el equilibrio entre el pudor, la contención y el desbordamiento sensual".

Amelia Peláez del Casal, espirituana y universal, pintora, ceramista, ilustradora y escultora de la técnica mural, no hubiera podido pintar en cualquier otra parte del mundo por una razón imponderable: la acendrada luz de su cubanía.


Artículo escrito por

Manuel Echevarría Gómez,

publicado en Escambray.

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