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"Un mundo perfecto" - poema de Delfina Acosta


UN MUNDO PERFECTO

Caída ya la noche yo fumaba
en el pequeño cementerio y daban
las doce y los jazmines se entreabrían
entonces y una leve mariposa
de un panteón hermoso se escapaba.
Los muertos silenciosos se torcían
trepados al ciprés que el viento frío
movía y un felino enamorado
de la rojiza Luna me acechaba.
No sé por qué razón recuerdo ahora
mis citas con los muertos. Crece el día
y llegan a mis ojos los colores
alegres que a mi vida le faltaron.
En paz estoy con todos. Silba un ave
un canto sin error. Por un instante
el mundo pareciera ser perfecto.
DELFINA ACOSTA

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