Un hombre solo en medio de la noche,
Jugando con sus mascaras…
Aquellas que una vez hiciera Tespis
para que el hombre pudiera mentirse a si mismo
recibiendo aplausos.
Hace frio, pero el ya no lo siente,
porque su sangre arde.
Esta en medio de las manos de Dios,
creando.
Dios se lo ha permitido, es su regalo.
Tal vez compensa lo que le quito,
tal vez lo premia; o a lo mejor lo acosa.
El hombre no lo sabe… ni quiere.
Esta creando.
Un perro amigo lo mira con sus nobles ojos,
otro, rompe el silencio a la distancia.
El uno tiene amor y calor, tal vez no libertad,
El otro solo tiene su tristeza, cubierta por el frio,
Pero es libre…
Hay un silencio yermo que se siente en la piel,
Y un susurro continuo, que se siente en el alma.
Sobre un papel, se hilvanan las palabras.
Eso crea la ilusión de que el hombre es poeta,
Pero tal vez solo sea tonto, o ingenuo…
La noche es negra y fría y está solo,
¡Jugando con sus mascaras!
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