Romper las ligaduras de la noche,
la memoria asfaltada de recuerdos,
las promesas son copas rotas
que salpican de sangre los cuadernos.
Caravanas de miradas se clavan en las espaldas,
con ojos saturados de vigas y de cruces.
Ríos de nada llenan vacíos,
y un dios grita sólo en el desierto.
Grita y grita… y grita fuerte
hasta que los sordos puedan escuchar.
Las miradas serán ríos que
inundaran de amor las ciudades;
las voces serán vientos
que arrasarán los muros sin cimientos;
las manos serán llamas
que entibiaran los glaciares de las almas.
Mientras tanto:
y grita y grita… y grita más fuerte…
Lorenzo Kabrera – otoño 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario