Cuando
cortas una flor para tenerla, empiezas a perderla, porque se marchitará
en tus manos y no se hará semilla para otras primaveras.
Cuando
aprisionas un pájaro para tenerlo, empiezas a perderlo, porque no
cantará para ti en el bosque, y no sembrará pájaros en su nido.
Cuando
Cuando no arriesgas tu libertad para tenerla, empiezas a perderla,
porque la libertad que tienes se comprueba cuando te juegas optando .
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