Honrar mi vida asediando la tuya.
Ser tu olor y tu silencio.
Arrastrarme en ti como el agua,
y ser en tu cuerpo tan libre como el viento,
tan letal como un veneno que te entregue al sueño. Era mi destino.
Tu sonrisa es un sol para mi noche y por eso dejaré en ti la huella del caminante cuyo destino no podía ser otro que esos ojos colmados de ilusión y plenos de verdad en que hallo mi reposo.
Alexánder
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